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UN SERIE DE EVENTOS "AFORTUNADOS"

Es importante cómo definimos la historia de nuestra vida, o sea, como la percibimos. En la Biblia se nos dice de Enoc: "Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios” (Gen.5:24). Así mismo, se nos dice acerca de Noe: “Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé” (Gen.6:9).

     Reflexiona: Muchas veces nos concentramos demasiado en la obra del diablo en atacarnos, que casi definimos nuestra vida como un “resumen de los ataques diabólicos en nuestra contra”. Esto lo he visto especialmente en las personas que ministran liberación y que pasan mucha resistencia espiritual. También en personas que han sufrido tanto que solo están esperando la siguiente prueba, razonando “y ahora ¿qué es lo que sigue” ya preparándose para la siguiente prueba. Así mismo, hay personas temerosas, a quienes la vida misma les ha provisto de pruebas tan copiosas que ahora están enfocados casi solamente en las tristezas y desencantos que ella nos puede traer. Esto no es positivo. ¡Tenemos que tener cuidado!

     Ahora bien: La batalla espiritual del cristiano es algo real, pero Dios quiere hacer en nosotros un arreglo mental: Prefiere que nos concentremos más en Su obra sobre nuestras vidas que en cualquier otra cosa.  “Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más” (Is.45:22). Tenemos qué deshacernos del delirio de persecución, enfocándonos siempre en el amor infalible de nuestro buen Dios y Padre Celestial.

     En realidad, solo tenemos dos opciones de enfocar e interpretar nuestra vida, nuestros días y nuestras experiencias: Podemos concebirnos a nosotros mismos como el blanco de todos los ataques del diablo y del infierno, o podemos conceptuarnos personalmente como el blanco en el que pegarán todas las bendiciones de Dios. ¡Yo he escogido esta última! Dios tiene mucha mejor puntería y enfoque para dirigir hacia mí su amor, que al diablo para dirigir hacia mis sus maldiciones. Si el diablo trabaja en mi contra, creo que Dios trabaja mucho más a mi favor; si el diablo usa todos sus demonios para dificultarme la existencia, mi Dios siempre tendrá infinidad de más ángeles cuidándome. ¡Soy el blanco del buen tino de Dios, y está enfocado en cuidarme y amarme todos los días!

     ¿Por qué “glorificar” al diablo dándole tanto crédito por lo que nos pasa? ¿Por qué poner tanta fe en lo que puede hacer en nuestra contra? ¿Por qué pensar tanto en él? “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom.8:31). La actitud de Jesús es: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn.16:33).

Cuando nos concentramos en los ataques que las personas han dirigido hacia nosotros tendemos a contraatacar, y en el proceso hacernos "heridores" de los demás. “Toda persona herida herirá también a  otros”; por esto es imprescindible sanar, y procurar nuestra recuperación después de cada ataque o sufrimiento, para que vivamos sin heridas y sin herir, aunque nos quede la cicatriz.

     Recordemos que la historia de los hombres justos de la Biblia fue su historia con Dios, y el recuento de las maravillas que hizo con ellos. En sus relatos no se le da la mayor atención a la actividad demoniaca, sino a la actividad divina. Su vida, pues, no estaba definida por “una serie de eventos desafortunados”, sino por una serie de experiencias con Dios. Su narración de vida se desarrolla por sus vivencias con Dios, por las intervenciones divinas.

     Cambiemos la duda por la fe, el temor por la confianza, la desdicha por la felicidad. Disfrutar la vida "como venga" es una decisión personal. No podemos dejar que la tristeza o la amenaza nos definan el rumbo diario de pensar y de actuar. Tomemos cada promesa de la Biblia como nuestra, y digamos “con Dios caminé”, no con el diablo.


     Oración: "Padre Celestial. Abre hoy mis ojos espirituales, como lo hiciste con el siervo de Eliseo, para ver todos los recurso de protección y de bendición que has puesto a mi alrededor por amor. No me dejes temer, y desde ahora escribiré mi historia como una serie de eventos vivos contigo. Lléname del gozo de tu salvación."


(2012) Ariel Romero Lopez

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