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SIENDO SIERVOS ÚTILES

San Pablo reveló una fórmula a su hijo Timoteo acerca de cómo convertirnos en personas fructíferas y valiosas en las manos de Dios. Le dijo: “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra” (II Tim.2:21).

En estos términos le explicaba que una persona es apta para Dios cuando elimina obstáculos a Su poder y permite que éste fluya por medio de él.

Dios necesita hoy esas herramientas maléales en sus manos para hacer Su obra, esas personas con una mentalidad de servir.

Definitivamente, la utilidad es por mucho el valor más alto en los propósitos de Dios. Pero, en sí, ¿qué cosas necesitamos saber para convertirnos desde ahora en esos "siervos útiles"? He aquí los pormenores bíblicos:


APORTACIÓN… ALGO MÁS IMPORTANTE QUE UNA POSICIÓN

A veces deseamos posiciones y niveles ante los demás; pero en el Reino de Dios lo más importante es apoyar y aportar para el Propósito, no importando la posición desde la cual lo hacemos. Por el simple gozo de servir en la casa de Dios, no deberíamos de tener problema con ser siquiera "un portero" de una iglesia: “Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad” (Sal.84:10).

Escucha: ¡La aportación de todos, y la tuya en particular, es muy "pero muy" importante!


LOS DONES COMUNES

Contrario a lo que muchos creen, los ministros de Dios no son solo aquellos que posan en una posición de autoridad dentro de una iglesia (por ejemplo el pastor o el evangelista, a quienes tradicionalmente les hemos aplicado ese apelativo). En realidad, la Biblia aclara que el “ministerio” le pertenece a toda la comunidad cristiana, y que a todos los miembros de la iglesia se les han encargado los “ministerios comunes”, llamados así por estar asignados a todos los creyentes. A través de ellos, cada uno podemos participar ayudando a cualquier persona en necesidad.

Orar por los enfermos, ministrar liberación a los oprimidos, así como dar para la obra, ¡y aún predicar el Evangelio!, etc.., son todas ellas asignaciones generales entregadas a todo hijo de Dios.

Observa cómo Jesús comisionó a todos "los que creen", en el siguiente versículo: “Dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” (Mr.16:15-18).

Escucha esto: ¡Todos los creyentes tenemos ministerio!


LOS MINISTERIOS DE LOS CREYENTES

Ahora bien, aparte de los Ministerios Comunes mencionados arriba, San Pablo explica que existen también algunos ministerios más especializados, más enfáticos en cuanto al enfoque y dirección de su aporte. Conforme avanzamos en la carrera cristiana, poco a poco cada creyente nos podemos ir identificando con alguno de ellos, e irnos inclinando a servir “con ese tinte”.

Los “Ministerios de los Creyentes”, en los cuales Dios usa a los suyos para edificarse mutuamente, son, a saber: el que preside (liderazgo), el que ayuda (auxiliando primordialmente a los ministros), el que sirve (a sus hermanos en la fe en el marco del funcionamiento de la iglesia), el que reparte (o posee algún tipo de bien material para compartir), el que exhorta (o anima a los débiles en la fe), el que administra (quienes apoyan en áreas administrativas de la congregación), y el que hace misericordia (o el ministerio de compasión, propio de que quien tiene la paciencia de ayudar a quienes no pueden ayudarse a sí mismos). Estos son mencionados en Romanos 12:6-8 y I Corintios 12:28-30. (Compárese con Efesios 4:12 y I Pedro 4:10,11).

Escucha: ¡Identifica tu don pronto! ¡Desarrolla el talento que Dios te ha dado!


EL PAPEL DE LOS VOLUNTARIOS

Además de todo lo dicho, y aparte de toda función oficial o no oficial dentro de la iglesia, se encuentra el papel tan útil de los voluntarios. Estos podemos ser cualquiera de nosotros que tengamos un corazón agradecido y una actitud participativa a la hora que se convoque a servir en lo que se pueda ocupar en la obra de Dios.

Sus actividades pueden ser de lo más variado posible, conforme van surgiendo más y más oportunidades, según se va multiplicando el trabajo. Los voluntarios valen demasiado, porque son los que levantan la mano primero y se apuntan primero en la lista para apoyar, poniéndose a la orden cuando el pastor o algún líder presenta un proyecto.

Escucha: ¡No hay límites para poder servir a Dios! Tú solo haz como hizo el joven Samuel cuando Dios le llamó, y dijo “Heme aquí” (I Sam.3:4).

Infórmate. ¡Está atento y alerta! ¡En toda iglesia hay muchos proyectos en los cuales servir!


HACER DISCÍPULOS

Sin embargo, el servicio más útil y vital que todos podemos ofrecer es hacer discípulos, como lo mandó Jesús. Esto involucra enseñar y mostrar la Palabra a otros, principalmente con nuestra forma de vida, tomando a una persona a la vez para cuidarle en la fe e irla llevado a través de los diversos pasos espirituales hacia la madurez… todo esto de forma personal y en una relación de amor cristiano, en la que uno comparte tiempo de su vida por apoyar y fortalecer otro.

Aunque a veces esta actividad no sea la más buscada, visible o popular, hacer discípulos es vital para el Reino. Todo lo demás realizado en la iglesia se caería y fracasaría si no cumpliéramos con esto, pues periódicamente perderíamos todo lo ganado, teniendo que empezar nuevo y sin salir nunca del mismo lugar. Discipular es lo que Jesús nos encargó, y por tanto, de lo que más va a pedirnos cuentas.

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mt.28:19)

Escucha: ¡Busca a alguien a quien cuidar espiritualmente, y llévale de la mano hacia su madurez espiritual!… y luego a otro. Este es el servicio espiritual más trascendente.


EL VALOR MÁS GRANDE

La simple disposición y disponibilidad que ofrezcamos a Dios para servir en lo que sea, sin miramientos ni cuestionamiento ni intenciones egoístas, es suficiente para que se nos abran muchas puertas para ser usados por Dios de maneras que nunca imaginamos: “Dios os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén” (Heb.13:21).

La frase “toda buena obra” que usa San Pablo en I Timoteo aparece varias veces en el Nuevo Testamento, e indica la importancia de estar dispuestos para hacer lo que se necesite, en cualquier momento… o sea, disponibilidad total (II Cor.9:8; II Tim.2:21; II Tim.3:17; Col.1:10; Heb.13:21). Todo aquel que sea "verdaderamente espiritual" no tendrá inconveniente en hacer alguna cosa "grandes" o bien una "pequeña", mostrando el mismo gozo y disposición en ambas condiciones.

Escucha: El valor más grande en el Reino de Dios es el servicio, y por tanto también en la iglesia, en la familia y en la vida. ¡Sé humilde, y disfruta igual de las tareas visibles que de las invisibles, de las pequeñas como de las grandes!


¿SUBIR O BAJAR?

¿De qué se trata la vida ? ¿Debo subir o debo bajar? ¿Debo rebasar a otros o esperar a los demás? Realmente nos movemos en dos dimensiones: La de nuestra vida terrenal y la de nuestra vida espiritual, y a cada ámbito corresponden sus propios valores. En el mundo secular, tratar de subir y llegar a ser el mejor es el más grande valor, y esto está bien; pero en lo espiritual y en la Casa de Dios, el apoyo a los demás es el valor más excelente, porque solo por medio de él llegamos a ser útiles a Cristo y a su Causa.

San Marcos relata que: ”Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mr.10:45).


TESTIMONIO

Hace un tiempo, el problema más grande que nos tocó experimentar con respecto de nuestros visitantes internacionales en la iglesia, es que algunos de ellos llegaban esperando que nuestra congregación fuera una plataforma para desarrollar su ministerio, queriendo comenzar desde el púlpito, no desde abajo. Se les dificultaba servir, y se oponían a ello.

En lo personal, cuando he visitado otro país misionalmente, he he tenido que empezar otra vez desde abajo, honrando a los que ya han trabajado allá, y reconociendo que allí todavía “no soy nadie”, aunque en “mi lado del mundo” lo sea.

“Cuando fueres convidado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa” (Lc.14:10).


CONVOCATORIA:

Lector: Los líderes de tu iglesia no queremos forzarte a servir si aún no estás listo, pero tampoco queremos dejarte inactivo si tú ya puedes y deseas hacerlo.

Infórmate, y pregunta por las oportunidades de servir en tu iglesia, en tu comunidad y en el Reino.


ARIEL ROMERO LOPEZ

(C) 2022

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30 VERSOS BÍBLICOS ACERCA DE SER “SIERVOS ÚTILES”

II Tim.2:21

Mr.10:45

Sal.84:10

Gal.6:2

Heb.13:16

Jn.15:12

Mt.5:42

Pr.19:17

Rom.12:13

Mt.5:16

Pr.3:27

Fil.2:4

Mt.25:44-45

Lc.3:10-11

St.2:14-17

Heb.6:10

Mt.10:8

Dt.15:11

Pr.11:25

Dt.22:4

Lc.6:38

I Jn.3:17

Pr.22:9

Lc.12:33

Hch.20:35

I Tes.5:11

Ef.4:32

Rom.12:4

Rom.12:10,11

I Pe.4:10

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