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¿SEXO EN EL ALTAR?

¿Cómo es que volvemos a cometer los mismos errores y abominaciones de antaño? ¡Y me refiero como líderes cristianos y como iglesia de Dios!

¿Como es que una y otra vez queremos volver a tratar de "acomodar" y de "hacer caber" dentro de nuestro ministerio los pecados sexuales?

En la actualidad, seguimos viendo y escuchando de...

  • Líderes de iglesia que practican la fornicación...

  • Pastores y evangelistas que están viviendo en adulterio...

  • Músicos y cantores que tienen relaciones sexuales...

  • Ministros que llevan una vida inmoral e impura...

De seguro que hoy nos diría el Señor como dijo a la Iglesia de Pérgamo: "Tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca" (Ap.2:14-16).


HAY PERDON, CLARO... CUANDO HAY ARREPENTIMIENTO

Y quiero aclarar que yo soy quien más está a favor del perdón, y de una predicación llena de misericordia... pero no de un abuso consciente de esa misericordia, ni de una burla sistemática hacia la gloria de Dios.

La iglesia está abierta precisamente para todos nosotros, los pecadores, los malos y los perores, los que hemos fallado y hemos errado el blanco. Sí, por supuesto. De otro modo, ¿a dónde más podríamos acudir por ayuda? Sin embargo, lo que es inaceptable bajo todos los conceptos es que cuando estamos ejerciendo una posición de servicio o de liderazgo todavía estemos practicando la maldad, al mismo tiempo.

Yo estoy del todo a favor de la gracia, pero no a favor de usarla como una excusa o permiso para pecar; no quiero tener nada que ver con los "hombres impíos que entran encubiertamente, y convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios" (Jd.1:4).

¿Cómo sabemos cuando hemos traspasado este línea de abuso de la piedad de Dios? "El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia" (Pr.28:13).

La Biblia reprueba tácitamente y claramente las conductas de inmoralidad sexual en los líderes espirituales, y describiendo siempre sus graves consecuencias. "Honroso sea el todos el matrimonio, y la cama sin mancha; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios" (Heb.13:14).



LO MAS HONESTO

Vuelve a ser necesario repetir entonces ahora que los pecados sexuales no son compatibles con el ministerio cristiano, ¡y jamás lo van a ser! Lo mas sincero y derecho que puede hacer en una persona (para ser considerada confiable) es que debe separare de una cosa o de la otra, ¡pero no vivir en una dualidad!, ni querer "hacernos tontos" a los demás, ni querer "batirnos el dedo en la boca" diciéndonos que está bien con Dios mientras que aún no se ha arrepentido de sus pecados.

Los que somos requeridos en algún ministerio debemos de "bajarnos" del altar por voluntad propia, hasta que tengamos la madurez y el conocimiento suficiente de cómo vivir en victoria sobre las pasiones y deseos de la carne. "Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles" (I Tim.3:10).

¡Ah, pero queremos "la miel y la jícara"! Queremos "el gozo del Espíritu" sin dejar "los goces de la carne"... ¡y no se puede! Sigue siendo cierto que "ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro" (Lc.16:13).

¡No hay compatibilidad! No se puede compaginar o combinar una cosa con la otra. ¿Por qué?"Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu Santo, y el del Espíritu Santo es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne" (Gal.5:16,17).


SANTIDAD EN LOS MINISTROS

Los pastores y líderes espirituales somos personas de autoridad, en quienes se ha puesto una confianza, en quienes las personas ponen una esperanza, de quienes se espera recibir protección, consejo y apoyo.

Si nosotros toleramos el pecado voluntariamente, o peor aún, cedemos ante la tentación de usar nuestro posición para tener un sucio acceso a las personas, la ofensa será doble... o triple, o cuádruple."Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos. Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos. Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas" (Mal.2:7-9).

Lo digo claro: El que no pueda tomar esto... que mejor no lo tome; pero que se decida por una cosa o por la otra, no por la dos; porque "es necesario que el obispo (o líder) sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso... apto para enseñar (o sea, que viva lo que predica, para que pueda enseñarlo, VAR). También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera" (I Tim.3:1,2,7).


LOS ALTARES DEBEN SER SANTOS

Los pastores y maestros cristianos somos personas en autoridad, en quienes se ha puesto una gran confianza, y por ese solo hecho, en honor a Dios y a la invaluable confianza de las personas que se nos allegan, debemos mostrar los más altos valores éticos que existen. "Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre (ó de buen testimonio o fama); si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros" (Fil.4:8,9).

Un pastor o líder de iglesia debe mostrar una vida ejemplar hacia todos, siendo siempre el ejemplo a seguir: "Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza" (I Tim.4:12). "Siendo ejemplos de la grey" (I Pe.5:3).


ALTARES SUCIOS

Si el altar es santo, la congregación mirará ese estándar y se santificará. Si el altar está contaminado, la congregación será contaminada también. No queremos que, por transferencia, demonios a los que les damos el derecho de caminar en el altar se sientan con el derecho de operar en las personas a quienes les predicamos y ministramos,

El altar de Dios, o sea, la plataforma donde ministramos de parte de Dios a las personas que acuden necesitadas es y debe ser, por definición y por naturaleza, un lugar santo, lo cual quiere decir "reservado" y "consagrado". ¿Reservado para qué cosa? Para que las personas consagradas lo usen para ofrecer adoración digna a Dios y desde allí ministren vida y verdad a su pueblo.

Pero, ¿dónde dice la Biblia acerca de esto?

CASO #1:

Dos líderes que murieron por "ministrar" a su modo, a su antojo y fuera del orden de Dios fueron dos sacerdotes del Tabernáculo:"Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Pero Nadab y Abiú murieron delante de Jehová cuando ofrecieron fuego extraño delante de Jehová en el desierto de Sinaí; y no tuvieron hijos; y Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio delante de Aarón su padre" (Lv.10:1; Nm.3:4).

CASO #2:

Otros dos líderes a quienes Dios ajustició por su falta de integridad sexual fueron los hijos del Sacerdote Elí: "Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová. Pero Elí era muy viejo; y oía de todo lo que sus hijos hacían con todo Israel, y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión. Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes. No, hijos míos, porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová. Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por él? Pero ellos no oyeron la voz de su padre, porque Jehová había resuelto hacerlos morir" (I Sam.2:12,22-25). "Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos. Aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin. Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado. Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas" (I Sam.3:11-14)."Y el Arca de Dios fue tomada, y muertos los dos hijos de Elí, Ofni y Finees" (I Sam.4:11).

Como vemos, el resultado de albergar y seguir practicando el pecado dentro del ministerio, sin haber un arrepentimiento sincero, siempre es desastroso y lamentable. ¿Por qué? "Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rom.3:23). "No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna" (Gal.6:7,8).


IGLESIAS... ¿LUGARES SEGUROS?

Nuestras iglesias y congregaciones cristianas deben de estar protegidos como santuarios de una seguridad personal y familiar para todos, para nuestros esposos y esposas, para nuestros hijos e hijas, para nuestros sobrinos y nietos... para todos. Deben ser espacios libres de la actividad de liderazgo por parte de acosadores, violadores, abusadores y pervertidos. Es un lugar fiable para la comunidad en general en el que todos debemos sentirnos cómodos y seguros.

Toda acción que incomode, moleste o intranquilice a las personas debe ser del todo eliminada de inmediato; y la responsabilidad de vigilar y ejecutar esto es de los ministros mismos.

Cuidemos, por tanto, de toda impureza sexual los altares de Dios.


ALTARES LIMPIOS

No nos dejemos amedrentar ni manipular por pecadores que nos asuntan a los líderes para que no los confrontemos. Actuemos a tiempo, para no tener nada que lamentar después.

Y hay que saber cómo actuar, porque se presentarán algunos casos en los que habrá que tomar alguna de las siguientes acciones, según la gravedad:

  1. Exhortar a caminar mejor. "A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne" (Jd.1:23).

  2. Disciplinar por un tiempo a la persona, para restaurarla después de algún tiempo de disciplina. "Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados" (Heb.12:11).

  3. Separar de la congregación, por salud de todos. "Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos" (Jd.1:12). "Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio" (Tit.3:11). "Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema" (Gal.1:19). "Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros" (I Cor.5:13).

Así como Pablo, en todo tiempo "estemos prontos (y prestos) para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta" (II Cor.10:6). en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra" (II Cor.6:7).

Una muestra de esto el el caso que atendió Pablo en Corinto: "De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros" (I Cor.5:1-8,13).

Al pecado hay que arrancarlo, y al pecador-creyente... si no quiere soltarlo... debemos arrancarlo junto con él.


¿A QUIEN NO DEBEMOS PONER A MINISTRAR?

Los pastores debemos fijarnos muy bien a que personas ponemos a ministrar; de otra forma nos haríamos cómplices de encubrir y perpetrar sus pecados. El pecado consciente y recurrente no se puede tolerar en la vida de la iglesia, porque todos nos hacemos participantes de él.

San Pablo enseñó a al joven pastor Timoteo: "A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman. Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada con parcialidad. No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro. Los pecados de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, mas a otros se les descubren después. Asimismo se hacen manifiestas las buenas obras; y las que son de otra manera, no pueden permanecer ocultas" (I Tim.5:20-25).

Igualmente, el Señor Jesucristo dijo en Apocalipsis acerca de una líder a quien había que cesar y censurar: "Y escribe al ángel (o pastor) de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto: Yo conozco tus obras. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras" (Ap.2:18-23).


¿A QUIEN SI DEBEMOS PONER A MINISTRAR?

Las plataformas de nuestras congregaciones es donde merecen funcionar quienes se limpian para ministrar en santidad a los demás, quienes saben y entienden que su propia pureza personal es su credencial y su permiso de "tocar" al pueblo santo de Dios, con "temor y temblor", "como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo" (Heb.7:27).

Jesus mismo dijo: "Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad" (Jn.17:19).

San Pablo recrimina: "Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras?" (Rom.2:22); y luego dice a Timoteo: "Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad" (II Tim.2:7).

Pongamos, entonces a personas fieles a servir: "¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño. El recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de salvación" (Sal.24:3-5). "Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, éste me servirá" (Sal.101:6).


MISERICORDIA PARA EL QUE LUCHA

Este mensaje es contra la relajación de las reglas, y para nada intenta cerrarle la puerta a las personas. "Jesús dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores" (Mr.2:17).

Todos venimos de una vida cargada de maltrechos mentales y emocionales, de falsos o incompletos conceptos acerca de la vida y de la sexualidad, los cuales vamos desechando: "¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios" (I Cor.6:9-11).

En base a un corazón cambiado totalmente y sinceramente rendido y entregado a Dios, y por tanto lavado en la sangre de Cristo, vamos siendo transformados por medio de la renovación de nuestra mente. "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Rom.12:2). "Nosotros tenemos la mente de Cristo" (II Cor.2:16). "Habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno" (Col.3:9,10).

Hay quienes, aun en nuestras iglesias luchas sinceramente por cambiar cada día, ¡pero luchan genuinamente! "El que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente" (II Tim.2:5). Esto describa a un creyente cabal, no a uno que solo "sufre o llora por sus debilidades", pero que no sale hacia arriba ni emerge. El que lucha bien es uno que ora, que se esfuerza, que gime por su pecado, que lleva una disciplina espiritual, que confiesa, que se somete a Dios, que se separa de sitios y relaciones impuras, que aborrece su pecado y vive por encima de él, que ayuna... y que literalmente "baja el cielo" en adoración hasta obtener la victoria. "Y allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos en que os contaminasteis; y os aborreceréis a vosotros mismos a causa de todos vuestros pecados que cometisteis" (Ez.20:43).

"Considerad a Aquel (Jesús) que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado" (Heb.12:3). "Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá" (Mt.7:8).

Sin embargo, esto digo: Si realmente tú lo que quieres es agradar a Dios y ser un ministro conforme a Su corazón, lo que menos te preocupa es una posición, y no tendrás inconveniente en esperar gustosamente tu mejor tiempo, mientras que primero te conviertes en un líder sobre ti mismo. "Mejor es el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad" (Pr.16:32).


INVITAMOS PECADORES... RECHACEMOS LA HIPOCRECIA

Una y otra vez la Escritura nos ayuda a hacer una diferencia entre los pecadores profesos, quienes merecen toda la oportunidad de cambiar, de ser recibidos, de escuchar esperanza y mensaje de libertad de sus cadenas; y por otra parte, quienes sabiendo bien cómo salir de esas cadenas y vivir en victoria persisten en pecar. Esos son en cierta forma, peor que los que están afuera: "Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca" (Ap.3:15,16). "El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía" (Ap.22:11).

¡No te quedes a la mitad! Se radical.

La Biblia dice claramente acerca de separar de la comunión de los hermanos a quienes quieren que toleremos su pecado, porque esto podría hacernos cambiar nuestra forma de vivir y de pensar:

"Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? Porque a los que están fuera, Dios juzgará" (I Cor.5:9-13)

"Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas" (Heb.12:15-17).


AIRES LIMPIOS EN LA IGLESIA

Incito y aconsejo y los ministros, pastores y pastoras de Dios:

  1. Cuídense de su comunicación privada por internet. Sean limpios y puros en sus conversaciones. Cuídense de mirar, recibir o compartir comentarios de imágenes de índole cuestionable o malsana. Hagan que su cónyuge tenga sus contraseñas.

  2. Cuídense de no estar a solas o en algún lugar apartado con otra persona del sexo opuesto (o del mismo sexo, si esa es su debilidad).

  3. Cuiden que en las oficinas o viviendas de la iglesia o de sus edificios no vivan o trabajen personas que han incomodado a otras. La iglesia debe de ser un espacio libre de riesgos morales y espirituales. Toda persona acosadora debe ser reubicada o despedida de inmediato de los perímetros de la casa de Dios. Esta es una política mínima y un acuerdo entendido y explicado en toda iglesia cristiana.

"Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes" (Tit.2:6).


SE PUEDE SER FIEL Y LIMPIO

¿Se puede recibir perdón y una segunda oportunidad para servir a Dios, después de haber ofendido? ¿Habra suficientes recursos espirituales en Dios para vivir en victoria espiritual y ministrar en santidad? El Evangelio que predicamos establece muy claramente que es posible para todo creyente vivir por encima del control del pecado, por lo que no tenemos excusa. Hay una gran esperanza para todos nosotros en las promesas de Dios:

"Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia" (Rom.6:14).

"Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte" (Rom.8:2).

"No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar" (I Cor.10:13).

"Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo" (I Tes.5:23).

"Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado" (Heb.4:15).

"Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados" (Heb.10:14).

"Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén" (Jd.1:24,25).


¡PELEA POR LA SANTIDAD DE LA IGLESIA!

Por favor, mire cómo explica San Judas que debemos cuidar la comunidad cristiana de las personas que están entre nosotros, pero que aún desean seguir sirviendo a los placeres sexuales:

"Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno. No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores. Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales. Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas. Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho. Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu" (Jd.1:3-19).


SEAMOS VASOS LIMPIOS PARA DIOS

Esta es la exhortación que Dios no ha dado:

"Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil. Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga" (I Cor.10:8-12).

"Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios" (II Cor.7:1).

"Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia" (Col.3:6).

"Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor" (Heb.12:14).



ARIEL ROMERO LOPEZ

(C) 2021






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