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PERFUME AGRADABLE

Como seres humanos, tenemos cinco sentidos básicos, a saber, el tacto, la vista, el oído, el olfato y el gusto. De estos, el olfato se considera el mas fuerte.

Ciertos olores son nostálgicos. Hay un estudio que dice que el sentido del olfato está estrechamente relacionado con la memoria, más posible que cualquiera de nuestros otros sentidos. Cuando hueles alguna cosa en particular, te trae viejos recuerdos.

Pero, ¿será que Dios se acuerda de algún aroma? Un día un ángel del Señor le dijo a un tal Cornelio: “Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios” (Hch.10:4).

Curiosamente, Dios también exhibe este sentido del olfato. En Génesis 8:20, Noé, después que la humanidad fue castigada en el Diluvio, sacrificó holocaustos de acción de gracias. ¿Y cuál fue la reacción de Dios ante esta ofrenda quemada al fuego? Los siguientes versículos nos dicen que “el Señor olió el aroma agradable y dijo en su corazón: ¡Nunca más maldeciré la tierra a causa de los humanos, aunque toda inclinación de su corazón sea mala desde la niñez. No volveré más a destruir todo ser viviente, como hice esta vez.” ¿Lo vemos? La ira de Dios fue reemplazada por la paz, en relación a lo que acababa de oler. ¡La sincera actitud de reconocimiento y alabanza a Dios por parte de un adorador subió junto con ese humo hasta la presencia de Dios, y movió su corazón!

Bajo el Antiguo Pacto, Dios instruyó a su pueblo a dar ofrendas y a quemar incienso. Ahora nosotros, como el pueblo de Dios del Nuevo Testamento, debemos radiar la fragancia de Jesús dondequiera que estemos. Se nos exhorta a que “andemos en el camino del amor, así como Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio aromáticos a Dios” (Ef.5:1,2). ” ¿Podemos verlo? ¡Dios Padre olió la ofrenda de Cristo y fue un aroma dulce para Él, y tal cual, nosotros también, al vivir en “sacrificio vivo” llegamos a agradarle (Rom.12.1,2).

El libro de Apocalipsis habla de que nuestras oraciones son un aroma dulce. “Copas de oro llenas de incienso son las oraciones de los santos” (Ap.5:8).

Ahora bien, ¿cómo podemos difundir la fragancia de Cristo a quienes nos rodean?

  • Cuando demostramos el amor de Cristo a las personas que nos rodean, estamos emitiendo la fragancia de Dios.

  • Cuando hablamos de la gracia salvadora de Cristo, emitimos la fragancia de Dios.

  • Cuando perdonamos a personas que pensamos que no lo merecen, estamos emitiendo la fragancia de Dios.

  • Cuando hacemos algo bueno desinteresadamente, emitimos la fragancia de Dios.

  • Cuando hacemos las paces entre nosotros, emitimos la fragancia de Dios.

Oremos para que Dios constantemente, en todo momento, nos ayude a emitir esa esencia, dondequiera que estemos. “Gracias a Dios que siempre nos lleva en el triunfo de Cristo y nos utiliza para desprender el aroma del conocimiento de él por todas partes, porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden” (II Cor.2:14).


Ariel Romero López

(c) 2021


30 Citas Bíblicas Acerca de Olor Fragante Hacia Dios y Hacia Otros:

Ex.30:7,9

Fil.4:8,9

Fil.4:18

Hch.6:3

Hch.10:1,2

Hch.10:22

Hch.14:3

Hch.16:1,2

Hch.20:24

Hch.26:22

Heb.11:1,2

I Cor.10:32

Lc.17:1,2

Hch.20:18,19

Hch.20:33,34

Fil.3:17

II Tim.2:10

I Tim.4:12


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