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MADRES Y LA HONRA QUE MERECEN


¿Cómo te llevas con tu madre? ¿Sabes cómo honrarla verdaderamente? ¿Eres de los que quisieras tenerla todavía contigo para hacer por ella lo que nunca hiciste en su vida?

Aquí te comparto algunos pensamientos bíblicos que pueden orientarnos a trabajar cada una de estas cuestiones.


LA PROMESA DE DIOS PARA LOS BUENOS HIJOS

La Biblia nos manda: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor tu Dios te da” (Ex.20:12). Dios tiene una buena razón más para dejarte vivo en esta tierra si es para cuidar y honrar a mamá; pero tendría una razón menos para alargarte la vida si fuera para causarle dolor y abandono.

UN PEQUEÑO POEMA

¡Madre, vaya palabra más grande!

Por ella el mundo gira, realmente.

Que otro ser nazca de tu mismo vientre...

¡Qué milagro más maravilloso y grande!

(Por Ariel Romero)


LA GRAN OBRA DE NUESTRAS MAMÁS

A María, la madre de Jesús, le fue dicho que sería la madre del Salvador. Pero esto no era poca cosa, porque su trabajo maternal forjó a un hombre ecuánime, responsable y centrado que realizó bien su tarea de vida, con fidelidad y obediencia.

“Mas ella, cuando le vio (al ángel Gabriel), se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS” (Lc.1:29-31).

Fue como si se le dijera: “María, tal vez tu asignación no te parecerá una gran aportación, pero... solo necesito que hagas una cosa para el reino. ¡Que seas mama! No le parecerá a muchos una gran cosa, comparativamente, y ocasionalmente a ti tampoco; pero al hacerlo habrás hecho una obra extraordinaria."

¿Y a ti y a mí, nos parece poco el papel de madre? Pues es una de las funciones más grandes en toda la faena de la humanidad.

Ella procedió a decir: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia” (Lc.1:38).


ALGUNAS COSAS BUENAS QUE HACEN LAS MADRES POR NOSOTROS:

Las cosas buenas que hacen por nosotros son muchas, pero alguna de ellas que hay qué reconocer son:

  1. Los desvelos, esas noches sin dormir.

  2. Las preocupaciones por nuestro bienestar.

  3. El tiempo para hacer felices a los hijos.

  4. El ánimo emocional que aportan con sus consejos.

  5. El orgullo que sienten y expresan acerca de nosotros.

  6. Nos brindan consuelo, atención, ánimo y paz.

Acerca de la mujer virtuosa se dice en el libro del Proverbios: “Se levanta aun de noche, y da comida a su familia. No tiene temor de la nieve, porque toda su familia está vestida de ropas dobles” (Pr.31:21,25).


¿CÓMO PODEMOS HONRAR A NUESTRAS MADRES?

En realidad, jamás podremos pagar a mamá todo lo que, pero podemos hacer tres cosas para agradecerles, las cuales significarán mucho para ellas:

1. Expresarles nuestro amor y gratitud de maneras tangibles.

2. Decidir ser los hombres y las mujeres que ellas quieren que seamos.

3. Seguir el camino de su fe cristiana.

Acerca de la herencia espiritual que siguió el gran Timoteo, le fue dicho por el Apóstol Pablo: “Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (II Tim.1:5; 3:15).


¿QUÉ COSAS DEBEMOS HACER POR ELLAS?

Algunas cosas mínimas que deberíamos intentar hacer por nuestras mamás serían:

  1. Tratar de parecernos a ellas en sus buenos modales y principios morales.

  2. Darles el tiempo de atención y comunicarles de nuestro estado y nuestros logros.

  3. No causarles más preocupaciones, y atenuar sus pendientes.

  4. Orar a Dios constantemente por su salud y largura de días.

  5. Pedirles perdón por las lágrimas que algún día les causamos.

  6. Mantener la armonía de hermanos entre todos sus hijos.

El sabio rey Salomón dijo entre sus Proverbios: “El hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es tristeza de su madre. El hijo sabio alegra al padre; mas el hombre necio menosprecia a su madre. El hijo necio es pesadumbre de su padre, y amargura a la que lo dio a luz” (Pr.10:1; 15;20; 17:25).


PENSAMIENTOS QUE AJUSTAN NUESTRA ACTITUD HACIA ELLAS:

¿Cuál debe ser nuestro enfoque hacia mamá?

  • Reconozcamos que estamos aquí por las oraciones de nuestra madre.

  • Reconozcamos que la influencia moral de mamá no tiene comparación ni competencia.

  • Reconozcamos que debemos nuestro lugar en el mundo al abnegado y amoroso sacrificio de nuestras madres.

  • Reconozcamos que las madres son lo más parecido al amor divino, el ser más santo en la vida, y un ángel ministrador que nos dispensa el amor de Dios.


EL MINISTERIO DE LA MATERNIDAD:

Las madres tienen verdadero ministerio hacia la humanidad, un apostolado de amor, pues hay una asignación peculiar que solo ellas cumplen. Según el extinto gran autor y compilador bíblico Herbert Lockyer, hay cuatro aportaciones que solo ellas llevan a una extensión ilimitada hacia sus hijos.

  • La presencia de una madre.

  • El consuelo de una madre.

  • La simpatía de una madre.

  • La disciplina de una madre.

Con razón el profetas Isaías dijo, comparando su propio amor divino con el de las madres para darse a entender: “Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo” (Is.66:13). ¡Increíble! Dios se compara con una madre para darle a entender a su pueblo el amor detrás de su trato hacia ellos.

TRES REALIDADES ACERCA DE LAS MADRES

Hay tres hechos ineludibles que tenemos que aceptar y enfrentar acerca de nuestras progenitoras:

  1. No es un ser perfecto. Por tanto, dejemos el reclamo, y soltemos todo rencor.

  2. Irá envejeciendo. Por tanto, tendrás que sacar tiempo para ella, aunque tú también estarás más ocupado.

  3. Algún día ya no estará con nosotros. Por tanto, debemos hacer por ellas todo lo que podamos para hacerlas felices mientras las tengamos aquí.

De nuevo el sabio rey Salomón dice: “Oye a tu padre, a aquel que te engendró; y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies” (Pr.23:12).


RELACIÓN EJEMPLAR DE MADRE A HIJO: EL CASO DE JESÚS Y MARÍA

La influencia de María sobre la vida humana de Jesús fue enorme, pero también la responsabilidad de Jesús como hijo hacia ella. Esta hermosa y madura relación la podemos contemplar en cinco hechos registrados en los Evangelios:

  • 1. María fue una madre presente. Estuvo allí cuando su hijo creció, pero también cuando su hijo murió. “Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena” (Jn.19:25).

  • 2. María creyó en el destino de Dios para su hijo: Cuando el ángel Gabriel le anunció que sería madre del Salvador, “entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia” (Lc.1:38).

  • 3. María supo entender la etapa adulta de Jesús y la seriedad de su llamado. No fue manipuladora (aparte de que el Señor no lo hubiera permitido): En una ocasión “vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle. Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan. El les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos?” (Mr.3:31-33). En otro caso, “faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere” (Jn.2:4,5).

  • 4. María siguió a Jesús como una discípula del Evangelio: Ella fue terrenalmente su madre, pero espiritualmente fue su discípula, reconociendo su parte humana y su parte divina de Jesús. En el Aposento Alto, en ocasión de la espera del derramamiento del Espíritu Santo: “Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos” (Hch.1:14).

  • 5. Jesús honró a su madre: “Cuando Jesús (crucificado en la cruz) vio a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa” (Jn.19:26,27). Con una gran sensibilidad, el Señor del Universo encomendó el cuidado de su madre terrenal a su discípulos más cercano.


CONSEJOS PASTORALES A LAS MADRES

  • Muéstrale a tus hijos como se lleva bien una familia.

  • Enséñales a no huir de las dificultades, sino a solucionarlas.

  • Protégelos, pero permíteles aprender de sus errores.

  • Muéstrale a tus hijos como enfrentarse a la vida, pero no la resuelvas toda por ellos.

  • No pases a ellos los traumas, errores y complejos que sucedieron en tu vida.

  • Sé una madre dedicada, considerando tu maternidad como un alto llamado dentro del propósito de Dios. La mujer “se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia” (I Tim.2:23).

  • No seas una madre con hijos preferidos, o una maestra de la mentira, como lo fue Rebeca propiciando una separación entre sus hijos. Nunca seas su cómplice de sus malas acciones. Estórbales para lo malo si temor.

  • No estorbes el trato de Dios hacia tus hijos, si acaso quieres que ellos cumplan el plan de Dios. Permite a Dios trabajar en ellos como solo él sabe hacerlo, y confía en él.


EXHORTACIÓN FINAL

Es bueno y estimable delante de Dios celebrar a las madres. La Biblia dice: “Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba” (Pr.31:28).

Si tu madre te espera en el cielo, así como te esperaba mientras llegabas a casa, ¡por vida tuya, no la desaires! Haz lo que sea para abrazarte con ella en la eternidad.


ARIEL ROMERO LÓPEZ

Pastor General - Ministerio Vino y Aceite Internacional

(C) 2022

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