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LOS 6 HABITOS DEL CRISTIANO ALTAMENTE EFECTIVO

¿Has leído alguna vez el bestseller "Los Siete Hábitos de la Gente Altamente Efectiva", de Stephen Covey? ¡Este libro clásico es buenísimo! Te forma el pensamiento para llevarte rumbo al éxito en todo, ya sea en el hogar, en el trabajo, en la profesión... y todo basado en crear las disciplinas correctas.

Ahora bien, hay un pasaje en la Biblia en el que se hace evidente que Jesús también desarrolló y mantuvo ciertos hábitos que contribuyeron al éxito de su ministerio, por ejemplo Lucas 4:16, que dice que“fue a Nazaret, donde se había criado, y en el día de reposo entró en la sinagoga, como era su costumbre, y se levantó a leer las Escrituras”.

Como todo niño judío, desde pequeño Jesús fue instruido por sus padres en la costumbre de estudiar las Escrituras y de asistir a la sinagoga.

Las disciplinas tienen su lugar de preeminencia en todo tipo de logros. La gente que hace hábitos buenos, poco a poco hace desaparecer los malos hábitos de su vida, y triunfa. Así mismo es para los seguidores de Jesús.


LAS 6 DISCIPLINAS

He observado que las personas que siguen estos siguientes seis hábitos triunfan en su camino cristiano. Son importantes y tan vitales que practicarlos esporádicamente no es suficiente. Su ausencia caracteriza un franco fracaso espiritual. No se puede ser un discípulo de Cristo si no hay disciplina. Creyentes hay muchos, pero discípulos (o "seguidores disciplinados") hay pocos.

¿Cuáles son estas disciplinas que definen el éxito cristiano? Son las seis siguientes, tan fáciles de hacer, como tan fáciles de dejarlas de hacer:


1. LEER LA BIBLIA.

No es lo mismo saber que existe la Biblia o tener una, que leerla y vivirla. Esto es algo parecido al hecho de que "la fe sin obras es muerta" (St.2:26). No actuar en base a lo que creemos es como si no creyéramos. Es necesario, pues, hacer una costumbre, un hábito de leer la Biblia, de conocerla para vivirla. No hay otra manera de ganarle a tantos demonios y luchas todos los días. Tenemos que conocer la verdad, pues cada día y durante todo el día escuchamos mentiras, contra las que necesitamos ser firmes en la fe y las creencias.


2. PRACTICAR LA ORACION.

Se trata literalmente de practicar la oración, es decir, no solo hacerlo esporádicamente. No se trata solo de orar; se trata de ser una persona de oración. Nuestra vida debe girar en torno a nuestra devoción, pues nadie es más grande que su vida de oración. Yo puedo decir qué cosa soy y qué cosa creo, pero si mi oración no respalda esas creencias y esas verdades, son solo ruidos. Cristo respalda mis declaraciones de fe cuando yo soy una persona que está en comunión con él. La oración es la manera de acercarme a Cristo, y la garantía de que el respalde mis declaraciones. Una persona que no ora a menudo es una persona que está lejos de Dios, quien está en riesgo de no escuchar la voz de Dios, sino la del diablo. Tenemos que forjar esa vida y formar ese hábito, entonces, clamar a solas, aprender de Dios y conocerle.

Estar cerca de Dios significa estar lejos del mundo. Desconectarnos del mundo para estar con Dios es orar verdaderamente.


3. ASISTIR A LA IGLESIA.

Jesús se congregaba en la sinagoga, ya que sus padres le inculcaron desde pequeño ese hábito, poniendo en primer lugar la casa de Dios. La Biblia dice, "no dejen de congregarse como muchos tienen por costumbre". Faltar a la casa de Dios es señal de debilidad en la pasión por Cristo. Por otra parte, al llegar a la Casa de Dios reconocemos que no somos nada sin él.


4. COMPARTIR EL EVANGELIO.

El cristiano que "come" pero no comparte el alimento se queda enano. El termino bíblico"predicar" en el griego original significa "proclamar", y esta era una responsabilidad de todos los cristianos durante el Nuevo Testamento, tal como desarrollar discípulos. Como reyes y sacerdotes que somos, tenemos el deber de compartir y de mostrar a Cristo por medio de nuestras vidas. Somos la sal de la tierra en este mundo, y también somos luz, pero no podemos serlo dentro de la iglesia, sino afuera.


5. DAR OFRENDAS.

Casi todo en la vida del ser humano gira en torno a lo económico. En cuanto al cristiano, de la manera que maneje sus finanzas así está manejando su corazón. Cada acción, sea de dar o de no dar, refleja una manera de pensar y de vivir. Cuando uno da significa que ya no se considera dueño de lo que tiene, sino un simple administrador de un señor. La Biblia nunca nos presenta como dueños de nuestras cosas, pero sí Dios. Cristo ahora lleva el control y el señorío de nuestras vidas y de nuestras posesiones.


6. DAR BUEN TESTIMONIO.

La Biblia dice que por causa de nosotros podemos ser perdición para otros, y que, en este caso, es mejor que atemos una piedra de molino a nuestro cuello y seamos echados al mar antes que ser piedra de tropiezo. Recuerda: Como te conocen en el mundo es como conocerán a Dios. Medita: ¿Quién eres en el mundo?

Compórtate, contrólate, respeta a todos, ¡aun a tus enemigos! Ellos son "necesarios" porque nos muestran nuestras debilidades. Ellos te harán ver tu flaqueza, y su trato propiciará que te sean pulidas las partes ásperas.



(c) 2020 Ariel Romero López

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