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LIDERES PARA UN TIEMPO DE CRISIS

Los líderes que son útiles en las manos de Dios para bendecir a su generación, y para provocar transformaciones en tiempos de crisis, ayudando a multitudes a voltear sus ojos a Dios, deben de desarrollar algunas cualidades especiales.

Entre las mas esenciales podríamos destacar las siguientes:


1. MANTIENEN LA CALMA

Los genuinos caudillos de un movimiento y pastores de un rebaño, pueden tener serenidad porque tienen su fe en Dios.

Un claro ejemplo lo vemos en Jesús, quien en una noche de tormenta aprovechó para dar una gran lección de fidelidad a los discípulos:

“Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! él les dijo: ¿Por qué teméis hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza” (Mt.8:24-26).


2. SE INFORMA BIEN DE LA SITUACION

El líder tiene información, y aborrece la ignorancia. Entiende que debe saber todos los hechos y datos posibles acerca de una situación difícil dada, con el fin de tomar las mejores desiciones para beneficio de sus discípulos y subalternos.

Esto fue lo que hizo Nehemías, antes de organizar a su pueblo judío para emprender la reconstrucción del muro de su ciudad capital:

“Llegué, pues, a Jerusalén, y después de estar allí tres días, me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba. Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas por el fuego” (Neh.2:11-13).


3. ES UN PROMOTOR DE UNIDAD

El líder sabio usa un lenguaje adecuado y bien pensado que no permite que su rebaño se polarice, sino que todos cooperen para la paz y lleguen al objetivo. El provee la solución necesaria para lograr la sana convivencia, e impide la division.

San Pablo, sabiendo el poder destructor de la des-unidad, en sus cartas dejó multiples exhortos claros a los creyentes para que practicaran la unidad, y lograran así la victoria. Uno, en especial, es gentil a la vez que poderoso:

“Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor. Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida” (Fil.4:2,3).


4. ES UN MENSAJERO DE ESPERANZA

Los buenos lideres pueden siempre pintar una imagen promisoria del futuro, que evita que los subalternos se rindan o dejen de luchar, provocando que vuelvan a creer y a trabajar por la vision. Un líder sabe levantar la moral de su equipo y mantenerla arriba.

El apóstol San Sablo, en su viaje náufrago hacia Roma, modeló esta cualidad rara de liderazgo, inspirado por su comunicación con Dios:

“Siendo combatidos por una furiosa tempestad... no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos. Entonces Pablo… puesto en pie en medio de ellos, dijo:... Ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave. Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho. Cuando comenzó a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo: Este es el decimocuarto día que veláis y permanecéis en ayunas, sin comer nada. Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá. Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó a comer. Entonces todos, teniendo ya mejor ánimo, comieron también” (Hch.27:18,20-25, 33-36).


5. TIENE UN ENFOQUE RACIONAL Y PENSANTE

Los lideres que sacan a la gente de los perores momentos jamás actúan visceralmente, antes que se mantienen funcionando en un nivel racional y pensante. En vez de tomar desiciones con el corazón ardiente, lo hacen con la cabeza fría. Se mantienen pensando bien las cosas y no caen en provocaciones; así toman decisiones responsables. Ellos operan por convicción, no por reacción. Sus palabras pueden ser intensas, pero nunca será presa del pánico.

Moises fue una persona de tal talante, y lo demostró en el episodio del Exodo:

“Cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová. Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová. Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis.Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas”

(Ex.134:10-13,21).


6. TIENE UN CARACTER DE ALTURA

El buen líder trata a sus discípulos con un gran respeto, nunca los humilla como bebés. El valoras las relaciones. Aun en algún caso extremo en el que deba distanciarse de sus contrarios, mantiene la actitud madura de considerarlos “antiguos amigos, mas nunca enemigos”. Entiende que él no necesita rebajar a otros para seguir subiendo. El líder espiritual no actúa ni pelea "en la carne"; antes dialoga, y sostiene una gran altura moral. Entiende la debilidad y humanidad de sus allegados y les agradece sus esfuerzos, exhortándolos a mejorar, a la vez que refrendándoles su fe.

Un líder útil mira el potencial en todas las personas, cree en la gente y reconoce que sin su equipo no es nada:

"Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas" (II Cor.10:3,4).

El rey Salomon dijo:

“El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla” (Pr.15:18).

Del Maestro de Galilea se escribió:

“Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. Para que se cumpliese aquello que había dicho: De los que me diste, no perdí ninguno” (Jn.13:1; 18:9).


7. PROVEE UN RUMBO FIJO, UN PROGRAMA Y UNA META

Finalmente, en todo líder idóneo está la cualidad de crear de la nada un plan especifico hecho “a chaleco” para su pueblo y para la realidad temporal que este atraviesa, mostrando los pasos claros que se deben seguir para llegar a la meta, al sueño de libertad para todos.

Es un ser sencillo, que ama y que invierte tiempo en crear soluciones e instrucciones, caminos y sistemas para que los miembros del equipo coadyuven con sus dones.

Como buen adalid, no solo dice hacia dónde deben llegar todos, sino cómo harán para lograrlo, administrando posiciones y organizándolos.

Al hacerlo, llevará a su personal mucho más allá de lo que cada uno de ellos se imaginó jamas que podría llegar. No deja nada a la deriva, y se explica una y otra vez para los suyos, pues no arriesgaría a los suyos a la derrota.

“Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a el. Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él” (I Sam.22:1,2).

Nehemías testificó: “Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos” (Neh.4:13).



Ariel Romero Lopez

(c) 2021


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