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LECCIONES DE VIDA

La sabiduría es muy necesaria para la vida. Por ella se decide el éxito o el fracaso de muchas cosas relacionadas con nosotros y con nuestra familia.

El sabio Rey Salomón recomendó desde hace siglos: “Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia” (Pr.4:7).


EXPERIENCIAS QUE NOS HACEN SABIOS

¿Cómo hemos de adquirirla, y cómo podemos aumentarla? ¿Cómo podríamos llevar una mejor condición de vida de aquí en adelante, aún a pesar de haber fallado gravemente en el pasado?

Por toda la Biblia aparecen preciosas gemas de sabiduría, algunas inspiradas directamente por el Espíritu Santo a sus autores, y otras extraídas de las más diversas experiencias de la vida, según quedaron registradas en la historia de sus personajes.

Contrario a los que muchos creen, a menudo obtener inteligencia no es tan fácil como simplemente recibir una oración, tener fe o ser ministrados por alguien; tampoco por haber recibido alguna promesa o profecía. A veces podríamos contar con todo esto y aún así cometer graves errores. Por ejemplo, aunque Jacob obtuvo oralmente la bendición paternal, ya que la consiguió por trampa, su historia nos revela que pagó un precio caro por no saber manejarla, y tuvo que ser procesado por las experiencias de la vida hasta cambiar su carácter. Solo hasta que se convirtió en un hombre más entendido pudo disfrutar de la unción que estaba determinada sobre él. ¡Aprendió cosas que no sabía!

Así, pues, el entendimiento y la inteligencia para sacarle el mejor provecho a la vida mas bien consisten en el aprendizaje vivido “en carne propia” que vamos recogiendo a lo largo del tiempo, y viene a través las vivencias coleccionadas durante los años de vida.

Estas se convierte en lecciones que nos forman y nos ayudan a cometer menos errores; son capítulos de vida que nos hacen más sabios y que Dios usa para podernos entregar la administración de lo que nos corresponde como sus hijos.

El propio Salomón, a quien Dios le concedió sobrenaturalmente un entendimiento sin igual, expresado en los Proverbios, también enriqueció luego su sabiduría mediante la experiencia, registrada en Eclesiastés, el magnífico testimonio de las vivencias que le enseñaron grandes lecciones. El consejo que puso al final de este libro fue: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Ecl.12:13). ¡Esta fue la conclusión de la suma de su vida!


PROVECHO PARA TI Y PARA OTROS

¿Qué lecciones de vida has aprendido tú a través del tiempo? ¿Cuáles vivencias te han marcado la vida para siempre? ¿Cuál ha sido tu decisión más acertada, y cuál la mas dolorosa? Estoy seguro que tienes una impresionante colección de testimonios, que hablan de la fidelidad de Dios, y de cómo él no desaprovechó nada con tal de enseñarte algo nuevo.

Cuenta tu testimonio, como hizo Salomón al escribir Eclesiastés. ¡Debes hacerlo! Te convertirás en un predicador (o “eclesiastés”) que ayude a muchos a evitar los dolores que pasaste, y mostrarles el buen camino de Dios.

La Biblia dice:

  • “Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo” (Dn.4:2).

  • “Escuchando, he oído a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi Dios” (Jer.31:18).

  • “Y (Jesús) aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia” (Heb.5:8).

  • “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Rom.8:28).


SIETE LECCIONES DE VIDA

En cuanto a las lecciones de vida mas importantes que yo he aprendido, puedo enumerar las siguientes. Espero te sirvan: (Tú tendrás las tuyas).


1. No culpes a nadie de tu situación. Tú solo eres responsable de ella.

No todo el tiempo tenemos control sobre lo que nos pasa, pero sí tenemos control sobre cómo reaccionamos a lo que nos pasa. Tú eres el "profeta" más grande sobre tu propia vida. Toma responsabilidad de tus actos, y mejora tu vida cada día.


2. Sé auto-motivado.

Hay un río de vida que puede fluir de ti, aunque no haya nadie alrededor de ti. La verdad es que, después de todo, estamos (en gran medida) solos en este mundo, pero tu te guías por lo que sabes que es mejor para ti. No te compares con nadie. Eres original.


3. Nunca te gobiernes por los sentidos.

Hay tres niveles de vida: El sentir (sentimientos), el saber (mandamientos), y el ser (identidad). Vive en base a lo que eres. Harás bien en poner primero el deber, y luego el placer.


4. Devuélvele a otros lo que Dios te dio a ti.

Si alguien te ayudó materialmente, hazlo con otros. Si Dios te ha sanado físicamente, ora por otros con amor. Valora al ser humano, y haz lo que puedas por él… si acaso quieres llamar la atención de Dios. Nunca dañes a otros, ni guardes rencores. Haz como dijo alguien: “Prefiero que me hagan una injusticia, que yo hacerla a otros”.


5. Créele a Dios lo que va a hacer contigo.

A mí Dios me dijo levantar 1000 iglesias, escribir libros, ser pastor, viajar mucho, abrir institutos bíblicos y una red ministerial mundial. Decidí creerle, y aún le creo todo esto.


6. Dile que no al diablo, aunque te ofrezca el mundo.

Ama a Dios por encima de tus amigos, así como de la fama y de las posesiones que se pueden adquirir acá abajo.


7. Descansa en la gracia de Dios.

Ven y pide perdón las veces que sea necesario. Dios no se ha rendido de ti. Gana la batalla de la mente, y recuerda que no es lo mismo "sentir" una tentación que "consentir” con el pecado. Dios no tira a nadie a la basura. Perdónate a ti mismo tus errores.



ARIEL ROMERO LOPEZ - Autor

(C) 2022

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31 TEXTOS SOBRE EL ENTEDIMIENTO POR LA EXPERIENCIA

Gen.28:20-22

Gen.35:3

Dt.1:31

Dt.5:15

Dt.6:10-12

Dt.7:18

Dt.8:2

Dt.8:18

Dt.9:7

Dt.24:9

I Sam.10:6.7

I Rey.1:29

Sal.25:7

Sal.103:7,8

Sal.107:4-6

Sal.107:10-13

Sal.107:17-20

Sal.118:13

Sal.119:71

Sal.132:1

Pr.4:7

Ecl.12:13

Jer.31:18

Lm.5:1

Jn.15:27

Rom.8:28

I Cor.10:11

II Cor.5:17

Heb.5:8

St.5:10

RESUMEN:

El buen entendimiento necesario para sacarle provecho a la vida consiste en el aprendizaje vivido “en carne propia” que recogemos a través del tiempo, las lecciones de vida que nos forman el carácter, que nos ayudan a cometer menos errores, y que Dios usa para confiarnos lo que nos corresponde como hijos.



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