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JESÚS: UNO DE NOSOTROS

En Jesús tenemos a un Dios que se identifica con nosotros. 

Alguna vez alguien dijo: “Muchos hombres estarían dispuestos a convertirse en dioses, pero solo un verdadero Dios se convertiría en hombre.”

Wow. ¡Por eso es que yo creo en Jesús!

Jesús, siendo Dios se hizo hombre… sí, para salvarnos eternamente, pero también para entendernos plenamente, en todas las circunstancias de la vida.


¿ALGUIEN ME ENTIENDE?

Hay cosas duras, ¡que digo duras... durísimas!, que suceden en nuestra trayectoria de vida, tales como:

  • La bancarrota de una negocio,

  • la pérdida de un ser amado,

  • la separación de la familia,

  • la decepción de los amigos,

  • un divorcio,

  • las relaciones rotas,

  • la vejez,

  • la escasez,

  • la soledad,

  • la enfermedad.

  • Etc.

Ante ocasiones como éstas, todos nos hemos preguntado: ¿Habrá alguien que me entienda?

La respuesta es… sí. Jesús es la respuesta.

La Biblia dice: “En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó; en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días de la antigüedad” (Is.63:9).


ENTENDER A OTROS ES SER COMO JESÚS

En la vida, a veces no necesitamos precisamente a alguien que nos dé una conferencia de “7 Pasos” acerca de cómo salir de nuestras dificultades.… simplemente que nos entienda.

Muy a menudo, antes de oír el evangelio, lo que la gente primero quiere es ser escuchada.

La mayoría de las veces, la gente no está buscando oír una palabra, sino a alguien que le oigan sus palabras.

Entendamos eso, y demos de lo que tenemos. Seamos como Jesús… "el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios” (II Cor.1:4).

Cuando tú has pasado por algo no te avergüenzas de juntarte e identificarte con el tipo de personas que han pasado lo mismo.

Solo los que pasamos por una prueba entendemos a los que la están pasando también.

Los amigos y familiares son verdaderos regalos de Dios. La necesidad #1 del humano es amor.


LAS PRUEBAS REVELAN NUESTRO INTERIOR

Las pruebas tienen la capacidad de descubrir lo que hay en el corazón. Por ejemplo, en la Biblia, tenemos el caso de dos personas que vivían juntas, pero reaccionaron diferente ante la misma situación: Job y su mujer. Él se mostró fuerte, mientras que ella se rompió frente a la dura prueba que sucedió en la familia.

Recuerda: Las experiencias de la vida no definen tu vida, sino la forma en que reaccionas a esas circunstancias. “Todos los días del afligido son difíciles; mas el de corazón contento tiene un banquete continuo” (Pr.15:15).

Por esto, te aconsejo: Llénate de Dios, para que atravieses con éxito todas las dificultades.

A veces pensamos ante un maltrato: “¡No me merezco esto!” Y yo te digo, “¡Claro que no!, porque, siendo realistas, lo que merecíamos era el infierno, así que lo que sea menos que eso, ya es ganancia.

Aún así, Jesús experimentó el mismo infierno también, para tomar nuestro lugar en la cruz, y podernos salvar. 

 

LA EXPERIENCIA HUMANA JESÚS

Jesús vino para experimentar lo que nosotros como humanos también experimentamos.

¡Jesus lloró! (Jn.11:35).

Su lloro, su cansancio, su muerte, etc., son las pruebas de su amor por nosotros, porque por medio de ellas se identificó con nosotros.

Hay palabras que por lo general no asociamos con el Poderoso Rey Jesús, tales como “débil”, “pobre”, “angustiado”, etc., pero sí que tiene qué ver con él, porque se asocian con la figura del Mesías Sufriente profetizado respectos a Cristo en Isaías 53.

“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido” (Is.53:3-8).


ÉL, QUIEN ENTIENDE MI SITUACIÓN

¿Cuáles son las cosas “tan humanas” que el Señor experimentó “a la semejanza” de nosotros durante su lapso de vida en la tierra?

1.     Jesús tuvo hambre.

2.     Jesús estuvo perdido de sus padres.

3.     Jesús fui traicionado por un amigo cercano.

4.     Jesús vivió bajo constantes amenazas de muerte.

5.     Jesús perdió un amigo por enfermedad.

6.     Jesús perdió un familiar por decapitación, Juan El Bautista.

7.     Jesús estuvo detenido y quedó preso.

8.     Jesús fue rechazado por su nación.

9.  Jesús sufrió nuestras enfermedades y dolores físicos.

10.  Jesús se hizo pobre para enriquecernos.

11.  Jesús fue robado, "despojado de sus ropas".

12.  Jesús fue tentado en todas las tentaciones.

13.  Jesús vivió “por fe” y sin ingresos fijos.

14.  Jesús fue extranjero en otro país.

15.  Jesús fue víctima de un juicio injusto.

16.  Jesús fue condenado a muerte.

17.  Jesús fue torturado físicamente.

Aún puede decirse que a Jesús le somos tan familiar en nuestra experiencia humana, que puede entendernos en cosas situaciones muy especiales y personales, tales como:

  • Para quien busca casarse, puedo decir que Jesús pensó en su iglesia "como una novia"… y trabaja cada día por ella rumbo a las Bodas.

  • Para los trabajadores que no son bien remunerados, digo: Jesus, aún siendo rey, comenzó desde muy abajo sirviendo, esperando su recompensa de Dios.

  • Para los misioneros que llevan el Evangelio por el mundo, les recuerdo que Jesus vivió “por fe” y sin ingresos fijos.

  • Para los pastores que batallan por su iglesia, yo añadiría que Jesús también es a veces incomprendido por su iglesia.

  • Para quienes se esfuerzan por un sueño en la vida, Jesús pagó el precio de obediencia y sumisión por su ministerio, haciéndolo todo con gozo.

En resumen, él entiende, él comprende, él ayuda... "desde la cuna hasta la tumba". "Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz. Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré" (Is.46:3,4).


JESÚS COMPADECIDO DE LOS PECADORES

Una de las cosas en las que mas se nos hace difícil creer que Jesus nos comprende es el tema de la tentación a pecar, pero aún en ese tema Él se identifica con nosotros,“pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” (Heb.2:18).

“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Heb 4:15,16).


JESÚS ORGULLOSO DE SUS “HERMANOS HUMANOS”

¿Sabes que el Maestro nunca se avergüenza de nosotros? Antes mas bien se siente orgulloso de sus hermanos humanos que luchan por seguir el camino de Dios.

Somos una misma “clase” que él, hijos de Dios, y por eso él nos ve como hermanos.

“Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos” (Heb.2:11).

“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó” (Rom.8:29,30).


LA FUERZA DE NUESTRO HERMANO MAYOR

El Señor es un “hermano inseparable” para sus hermanos menores, a través del Espíritu Santo, y nos promete estar para nosotros en cualquier circunstancia:

Ya que él los “predestinó, llamó, justificó y glorificó (Rom.8:30) nos “defiende” diciendo:

  • ¿Quién contra nosotros? (Rom.8:31).

  • ¿Cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Rom.8:32).

  • ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? (Rom.8:33).

  • ¿Quién es el que condenará? (Rom.8:34).

  • ¿Quién nos separará del amor de Cristo? (Rom.8:35).

En este pasaje, San Pablo dice inspirado por el Espíritu que “ni la muerte ni la vida” nos podrá separar de ese “amor de hermanos” que Jesus nos tiene. Y cuando dice “la vida” se refiere a todas esas circunstancias cambiantes que nos pueden suceder en el vaivén de nuestra existencia humana, “tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada” (Rom.8:35).

“Ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rom.8:39).


TÚ TE RECUPERARÁS

Ante tus peores momentos, recuerda: Jesús ya lo pasó y se recuperó.

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn.16:33).

Ya no solo te entiende, sino que te heredó el poder que a él lo hizo fuerte y vencedor en vida, el Espíritu Santo.

“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros” (Jn.14:16-18).

“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” (Rom.8:26).

¡Y aquí es donde cabe la razón por la que él "decidió entendernos": No solo para comprender bien nuestra situación, y no juzgarnos, sino para atravesar la prueba de nuestro lado y luego enseñarnos a salir de ella con el poder de su autoridad.


JÉSUS, MÁS HUMANO QUE NUNCA

En Jesús tenemos quién escucha y quién entiende, el amigo que entiende, el hermano mayor que nos aconseja. Sus palabras y su ejemplo representan “el manual de usuario” para la vida. No solo es el puente entre nosotros y Dios Padre, sino que realmente siente lo que tú sientes; ríe cuando ríes y llora cuando lloras. La empatía de Jesus hacia nosotros lo convierte en el perfecto terapeuta profesional, pero también en el compañero de viaje perfecto para nuestro transitar temporal sobre esta tierra, pero por encima de todo, el Mentor de Vida ideal que nos enseña a conquistar montañas en su Nombre y pelear "por encima de las circunstancias" por el propósito pleno que tiene para nuestras vidas.


Por

ARIEL ROMERO LÓPEZ

Pastor - Ministerio Vino y Aceite Intl.

(C) 2024

1 Comment


Reynaisidoro6
Aug 09

Amen Gloria adiós hermosas palabras grcias pastor

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