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FE EXPECTANTE

Hay un grado de fe en Dios que nos hace aferrarnos a la verdad espiritual por encima de la realidad terrenal.

Del patriarca Abraham se dice que "él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia" (Rom.4:18).

Esta es la fe de un tipo de personas que creen en contra de todos los argumentos, y permanecen esperando la respuesta aunque ya no haya ninguna razón para seguir creyendo; esta es la postura adoptada por las personas que se aferran a esperar en la Palabra, aun cuando ya no hay ninguna evidencia a favor de un milagro, solo la esperanza en Dios.

Creo firmemente que esta fe es la que necesitamos en estos tiempos, en los cuales todo lo que escuchamos tiende a hacernos pensar que ya nada ni nadie puede asegurarnos que Dios contestará las oraciones.

Creo que, aun siendo creyentes, nos rendimos demasiado rápido y demasiado pronto. "Y ya te has olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra; y todo el día temiste continuamente del furor del que aflige, cuando se disponía para destruir. ¿Pero en dónde está el furor del que aflige?" (Is.51:13).

Esta fe ocurre cuando nuestro espíritu toma una promesa, y la aprehende esperando su cumplimiento, "empuñando" la Palabra y "aprisionando" la victoria.



"AL FINAL DE LA CUERDA" O "AL FILO DE LA BUTACA"

No se cual sea tu actitud en estos momentos, pero si se que Dios quiere que tu y yo vivamos "en modo" de "al filo de la butaca", como quien se encuentra en un circo presenciando un espectáculo riesgoso y peligroso, emocionados en expectativa de lo bueno y grande que el Señor va a hacer para nosotros, como sus hijos que somos; él no desea que tomemos una postura o mentalidad de vivir "al final de la cuerda", es decir, con la mentalidad de que ya todo está acabado, que todos los recursos se agotaron y que ya no hay nada qué hacer.

"Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo. Y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí" (Jb.19:25).

Hay una realidad: La fe verdadera permanece fuerte, y está siempre a la expectativa de un milagro. Así que no "apague el switch" de la fe; antes, manténgalo siempre encendido.


ABRAHAM FORTALECIDO EN FE

Dice la Biblia que "aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones. Pues Dios le había dicho: Esa es la cantidad de descendientes que tendrás" (Rom.4:18 NTV)

Una fe que se rinde ya no es fe. La fe verdadera es amor verdadero hacia Dios, basado en su amor verdadero por mi; y el amor "todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta" (I Cor.13:7).

"¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rom.8:35-39).

"En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor" (I Jn.4:18).

Esta es la fe característica y propia de los aferrados, cuyo corazón está asegurado y afianzado, porque cuando las evidencias o argumentos a favor se debilitan o van desapareciendo, la fe no se les disminuye, sino mas bien se hace más fuerte. ¿Cómo?, y ¿por qué? Porque en condiciones de adversidad el cumplimiento ya no depende de cosas que vemos o palpamos, sino solamente de Dios y de sus atributos eternos.

Quien tiene esperanza está en constante expectativa de recibir lo bueno de parte de Dios, y está prospectando bienestar en base al carácter de su Dios. Su corazón está asido, como lo esta una embarcación atracada en un embarcadero, que no puede moverse.


FE MAS QUE PROBADA

Hay personas que empezaron bien, pero no están terminando bien la carrera de la fe, o bien, que no se encuentran posicionados para recibir ya más de Dios.

No es que nuestra fe no haya sido buena o fuerte al principio, sino que, conforme pasa el tiempo, y parece hacerse mas difícil y mas lejana la promesa, tendemos a dudar, o a decir "si acaso no se cumple, como quiera fue un buen intento mi parte".

Cuando pensamos así, olvidamos que nuestra fe va a ser probada por el examen del tiempo, precisamente, por la prolongación de la espera:

"En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo" (I Pe.1:6,7). "Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia" (St.1:3).

"Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza"... "la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza" (Heb.3:6; 6:11).


"EXPECTATIVA" O "ESPERANZA"

Hay una diferencia, en sí, entre lo que es expectativa y lo que es esperanza. La gente llama "expectativa" a las cosas que puede evidenciar o prospectar, según evidencias tangibles.

Por ejemplo, en un país, el sistema de salud, podrá prospectar la "expectativa de vida" de la población según datos estadísticos de las condiciones económicas, salubres y alimentarias de la sociedad. Sin embargo, la "esperanza de vida" es algo mas profundo y sobrenatural, algo que individualmente nosotros podemos adquirir de Dios y renovar gracias a él; es la seguridad de que permaneceremos en vida mientras aun tengamos tareas que cumplir en esta tierra.

Tocante a esto, el apóstol Pablo escribió: "Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte" (II Cor.1:8-10).


ESPERANZA CONTRA ESPERANZA

¿Será posible que existan esos momentos en los cuales, la evidencia natural nos dice claramente que ya no hay nada más que hacer, mientras que a la vez Dios nos pide creerle, que aun está a punto de manifestarse a nuestro favor? Si los hay, y uno de los mejor ejemplos fue el caso del naufragio registrado en el Libro de los Hechos, del que Lucas escribió que, en medio de una tormenta, "y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos" (Hch.27:20). Ese día, el panorama de todos cambia cuando Jesus, el Señor, habló con Pablo, quien expresó: "Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave.Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho" (Hch.27:22.25).

Hay dos frases claves en este pasaje: "No temas", y "yo confío". ¿Lo ve? No es solo la voz de Dios o su promesa lo que causa la transformación, sino nuestra fe aferrada e inquebrantable en esa Palabra.

Que tu fe aprenda a tomar un nuevo aliento, y no precisamente porque tienes más evidencias sensoriales y tangibles, sino porque descubriste la fidelidad de Aquel a quien le creíste.


¿QUE ES LO QUE ESTOY ESPERANDO?

¿Qué cosas puedes esperar en tu futuro, si estás del lado de Dios? ¿Qué esperas del mañana? ¿Cuál es la tendencia de tu mente, o tu inclinación de pensamiento respecto del futuro?

En sí, de Dios podemos esperar solo bondad, misericordia y cosas buenas, "la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Rom.12:2). He aquí varias escrituras que nos muestran que el intento de Dios para todos es de continuo solamente el bien:

"Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, Para los que guardan su pacto y sus testimonios" (Sal.25:10).

"Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis" (Jer.29:11).

"Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?" (Mt.7:11).

"Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman" (I Cor.2:9).

Si usted vive siempre esperando de parte de Dios acciones como el abandono, la lejanía, el castigo, la ira y el enojo, tal vez usted esté viviendo en el temor que solo le corresponde a los adversarios de Dios, quienes viven bajo constante amenaza:

"No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos" (Is.57:21). "Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días" (Sal.7:11). "Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados" sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios" (Heb.10:26,27).

Sin embargo, para los hijos de Dios, la realidad es una expectación de cosas buenas: "En memoria eterna será el justo. No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová. Asegurado está su corazón; no temerá" (Sal.112:5-7). "Mas el que me oyere, habitará confiadamente y vivirá tranquilo, sin temor del mal" (Pr.1:33).

Tenga paz. "Huye el impío sin que nadie lo persiga; mas el justo está confiado como un león" (Pr.28:1).


ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO

Recuerde: No estamos ya presentes en los tiempos del Antiguo Testamento, sino en un Nuevo Pacto de gracia, a través del cual el Padre decidió tratar a la humanidad:

"Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!" (Lc.2:14). "El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos. A predicar el año agradable del Señor" (Lc.4:18,19).

"Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (II Cor.5:18-21).

Entendamos, pues, para nuestro bien, los tiempos y las épocas de Dios en los que estamos viviendo."Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo" (Rom.5:1).


EMOCIONANTE AVENTURA

La fe de expectativa es mas que solo esperar en confianza; es una apertura emocionante a lo nuevo de Dios, amanecer cada día en espera de sus sorpresas, el espíritu aventurero de creer y mantenerse alerta a sus movimientos; es un entusiasmo positivo que espera un futuro venturoso.

¡Muy pocos viven en esta tendencia mental!, en la dimension del "¡wow! ¿qué irás ha hacer ahora por mí, Señor?"; o, "¡me emociona pensar cómo harás ahora para glorificarte en este caso, mi Dios!". Este tipo de vida cristiana no es jamas aburrida.

¿Ya perdiste tu capacidad de asombro, o dudas de que Dios aún puede maravillarte?

Dijo el salmista: "¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo" (Sal.139:17,18).

"Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad" (Lm.3:22,23).


ESPIRITU DE FE

San Pablo habla del espíritu de fe, disponible para nosotros, los creyentes; y dice que "teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos" (II Cor.4:13).

Este espíritu o tendencia a confiar es lo que Dios nos imparte impulsándonos a volver a creer cuando hemos llegado al punto de ya no tener fuerzas o argumentos para creer.

Quien cree en Dios siempre ve una posibilidad, no una imposibilidad; "porque nada hay imposible para Dios" (Lc.1:37); como El mismo dijo: "He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?" (Jer.32:27).

Así se lo dijo a Abraham: "¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo" (Gen.18:14).

¡Y lo cumplió!, cuando "por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido" (Heb.11:11).

Observa: Cuando creemos que hay un solución, no ponemos atención a las dificultades.

El espíritu de fe es el corazón de una persona que espera observando, que está a la mira de algo bueno de Dios, no solo ilusionado y deseoso sin fundamento, sino atento, vigilante; es el alma de uno que espera y aguarda con curiosidad y tensión un buen acontecimiento, porque sabe quien es su Dios, y quien es él para su Dios. No es solo un ardiente deseo, sino "una certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Heb.11:6).

"Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja" (Hab.2:1); "porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día" (II Tim.1:12).


FE DE EXPECTATIVA, FE DE EXPECTADORES

¡Esta es la fe que estuvo en Jesús!, quien oró diciendo: "Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado" (Jn.11:42).

¡Esta es la clase de vida que necesitamos para vivir, pervivir y sobrevivir en este tiempo!



Ariel Romero López

(c) 2021



Citas bíblicas usadas (en orden de aparición):

Rom.4:18

Is.51:13

Jb.19:25

I Cor.13:7

Rom.8:35-39

I Jn.4:18

I Pe.1:6,7

St.1:3

Heb.3:6; 6:11

II Cor.1:8-10

Hch.27:20-25

Rom.12:2

Sal.25:10

Jer.29:11

Mt.7:11

I Cor.2:9

Is.57:21

Sal.7:11

Heb.10:26,27

Pr.1:33

Pr.28:1

Lc.2:14

Lc.4:18,19

II Cor.5:18-21

Rom.5:1

Sal.139:17,18

Lm.3:22,23

II Cor.4:13

Lc.1:37

Jer.32:27

Gen.18:14

Heb.11:11

Heb.11:6

Hab.2:1

II Tim.1:12

Jn.11:42



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