top of page

EL PASTOR COMO CANALIZADOR

Es súper importante que como pastores sepamos todas las limitaciones que tenemos, ya que de otra forma nos sobrecargaremos demasiado, y además nos sentiremos siempre frustrados; no sentiríamos que estamos logrando todos los resultados deseados con todo el tipo de personas que conocemos y con todas las diferentes necesidades que ellos puedan experimentar.

En una ocasión me sentí muy frustrado por querer ministrar a una persona a través de exhortaciones, oraciones, pláticas y demás, y todo con la finalidad que se sintiera motivado y volviera a su pasión por Dios; pero no pude lograr mucho progreso, porque no estaba consciente de todas las otras áreas en las cuales yo no soy un profesional.

Esta persona necesitaba más que todo un médico general para atender sus problemas físicos, y también un especialista psiquiatra para trabajar su área depresiva. Ademas , ocupaba algunas terapias con algún psicólogo para reforzar su área mental; y todo esto para poder lidiar con todos los problemas que lo abrumaban... y que aún lo mantienen sumergido.

Este caso me enseñó varias lecciones, entre ellas una muy importante: Que los pastores necesitamos recordar que muchas veces solo somos un canalizador para dejar otras áreas de incumbencia a otros profesionales de apoyo humano hacia quienes tenemos que dirigir a las personas.


EL PASTOR COMO ORIENTADOR

Es importante que la oficina pastoral sea un filtro en el cual el pastor se dé cuenta de lo que las personas necesitan, y así, a manera de un consejero de confianza, utilizar y sugerir otros medios de ayuda.

Como consejero u orientador, el pastor cristiano es solo el primer escritorio de la consejería. Da consejos con amor basados en la Palabra de Dios; pero si después de algunas sesiones no consigue resultados o identifica alguna necesidad especial, debe referir o canalizar a las personas a otras instancias, según se corresponda, ya sean:

  • Psicólogos / terapeutas.

  • Médicos.

  • Personal de rehabilitación.

  • Abogados.

  • Jefatura de policia.

  • Institutos gubernamentales para la familia.

  • Etc.

Bajo este concepto, el pastor se concibe solo como una parte (de hecho, una de las partes más importantes) entre todo un conjunto de personal de ayuda humanitaria que existe en la sociedad, y que Dios puso allí.

Por tanto, pastor, no trate de hacerla de todo esto, porque finalmente de todas maneras no va a poder usted cubrir todas las necesidades de las personas. No sea como el conocido "hacedor de todos los oficios, maestro de ninguno de ellos". Aunque estudiara en varias carreras y fuera "bueno" en varios campos de acción, aún así siempre habrá otras necesidades en los demás que usted no puede cubrir, ya sea por mera falta de tiempo, por razón de equilibrio personal y profesional, o por mantener la propia salud integral.


TEMORES FRECUENTES

A veces los pastores no hemos canalizado las necesidades que nos llegan hacia otras instancias, y esto puede ser por varias razones:

  1. Pensamos ingenuamente que por ser "siervos" deberíamos hacer de todo para todas las personas.

  2. Nos sentimos incompetentes, e inútiles al no saber "de todo un poco", y creemos que no hemos obtenido éxito en nuestro trabajo si no lo resolvemos todo.

  3. Tenemos un "vicio malsano" de querer controlarlo todo y a todos, o bien, un complejo de "héroe", disfrutando de la gloria de ser reconocidos, y sin querer compartir el éxito.

Su trabajo como pastor más bien es evaluar la situación escuchando el problema de la persona, y después de varias sesiones, si no ves resultados en la práctica pastoral, entonces canalizarlo o recomendar a esa persona, familia o pareja hacia dónde deben de acudir para una ayuda más específica y especializada.

La práctica pastoral es limitada; y es importante que usted recuerde que eso está bien, y que Dios no tiene problema con eso. Nosotros estamos enfocados en el espíritu del hombre; pero las otras áreas de la persona las podemos canalizar.


IMPORTANCIA DE CANALIZAR

Compartir el trabajo y el éxito de apoyar a las personas es importante por varias razones:

  1. Para no desarrollar una dependencia de las personas hacia nosotros.

  2. Para no salir afectados nosotros mismos, dado el desgaste inherente al trabajo con las personas en problemas.

  3. Para lograr mejores resultados en nuestra ayuda hacia las personas.

Por supuesto que muchas personas a veces se sentirán alienadas u ofendidas al pensar que usted no los quiere atender, y que por eso las esté mandando a otra oficina profesional; pero usted debe de trabajar más bien en animarlos, no en tratar de mantenerlos dependiendo siempre de usted.

Tenga a la mano una lista o un directorio de profesionales localizados en su ciudad para que usted dirija allí a las personas; no haga todo lo que la gente necesita.

En vez de especializarse en "todo" con tal de agradar "a todos", mejor especialícese en motivar a las personas para buscar otros campos de ayuda; no trate usted de atenderlos para siempre preparándose en todos esos campos. Nadie ni siquiera un profesional está preparado para atender todos los problemas de ser humano. Todos pertenecemos a un reino de Dios en esta sociedad, y todos los que tenemos alguna vocación humanitaria somos un complemento para ayudar al ser humano en toda manera posible.

PASTORES CON SALUD EMOCIONAL

Pastor, cuídese. No venga a ser usted al final como uno de esos dolidos, necesitados y deprimidos agotados que usted mismo ministró por tanto tiempo; por razón de haberlo dado todo para ellos puede terminar como uno de ellos, igualmente abrumado y frustrado, y hasta con presiones matrimoniales y tensiones familiares, de tanto trabajo, pues la necesidad es verdaderamente interminable en este mundo caído lleno de personas dolidas a las que Dios nos ha llamado a amar y a ministrar.

No estoy abogando que usted no ame a las personas o que no las cuide, o que las deje de pastorear, sino que comprenda realmente cuál es su papel: específicamente atender el área de su relación con Dios y del alma de la persona, incluso ocasionalmente ser para algunos "el compañero que lleva la oveja cansada a cuestas", con el fin de que pueda conocer a Dios a través de su proceso de crecimiento.


IGLESIA MADURA, MINISTERIO FUERTE

Es cierto que somos la iglesia compasiva, pero también somos parte de un reino de Dios que abarca a todos en la sociedad, incluyendo a personas de altos valores que tiene una inclinación de apoyar a los demás en sus necesidades. Aún cuando muchos de ellos ni siquiera conocen a Dios, él los conoce a ellos y les dio una vocación para ayudar.

Se maravillará de tener una congregación más fuerte y mas madura al enseñarles a atenderse acudiendo a otras instancias para apoyo y bendición.

Créame que si lo sabemos manejar bien, nos daremos cuenta que el ministerio cristiano no fue hecho para acabarnos ni para destruirnos en el proceso; antes, también fue dado para renovarnos y regalarnos una carrera en la cual cosechemos satisfacciones por haber orientado a muchos.



(c) 2020

Ariel Romero López

Comments


bottom of page