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UN CAMINO DE LUZ DELANTE DE TI

Un camino luminoso está frente a ti, y Dios ha preparado una senda llena de claridad delante de tus pies para que la camines. No más tendrás que caminar en oscuridad o en confusión. “Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro” (Sal.89:15).

¿Cómo podemos asegurarnos de no perdernos esta bendición? ¿Cómo podemos pasar a recoger las maravillas divinas que el Señor preparó para nosotros en el camino hacia Su propósito?

Podemos lograrlo tomando tres medidas: Saber, creer y permanecer. Estas son similares a las medidas que consideramos cuando vamos a tomar una ruta física que nunca hemos transitado antes.


SABER

Como primer paso, es importante saber dónde comienza nuestro camino, para poder andar por él. Debemos tratar, además, de indagar todos los detalles acerca del mismo, para así emprenderlo lo más preparados posible.

En nuestro caminar cristiano, este entendimiento se resume en tres realidades:

REALIDAD 1: El mejor tiempo de la iglesia está apenas por llegar. Las condiciones están perfectas. Las profecías están dadas. Esto es, tanto para la iglesia en general, como para tu vida y ministerio personal.

  • “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mt.24:14).

  • “Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos” (Miq.4:1).

  • “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos” (Hag.2:9).

  • “Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales” (Ef.3:10).

REALIDAD 2: Habrá una guerra contra ti, como líder, para que no llegues. Debes estar sonriente de ello, pero esto no significa que debas tener miedo de ella. Esta guerra es multifacética:

  • Es primeramente espiritual (familia, salud, relaciones, etc.).

  • Es mental (emocional, interna, etc.).

  • Es relacional (de personas que no quieren tu crecimiento).

“He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” (Mt.10:16).

“Jesús dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas” (Mr.14:27).

REALIDAD 3: Nosotros los creyentes no disminuiremos, sino que incrementamos y aumentaremos a través de cada prueba. Los hijos de Dios crecemos, aprendemos y aumentamos sustancia al atravesar cada crisis.

“Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel” (Ex.1:12).

“Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia” (Heb.5:8).


CREER

Este segundo paso se va a dar creyendo en Dios, y esto en tres áreas de confianza que debemos practicar:

  1. Cree que llegarás al final de tu carrera, y cumplirás el llamado que Dios te ha hecho (esto a pesar de tus propios errores, debilidades, luchas internas, aguijones, etc.). - “Jehová cumplirá su propósito en mí; tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; no desampares la obra de tus manos” (Sal.138:8).

  2. Cree en las visiones que Dios te ha dado, y que se van a cumplir (esto pesar del tiempo, de la edad, del cambio de circunstancias, etc.)., esto aunque parezca muy caro o muy imposible, y aunque haya ataques espirituales.

  3. Cree que el sueño se puede lograr aún con gente imperfecta que trabaje contigo. Dios es perfecto, pero no tiene un equipo perfecto. “El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza” (Mt.8:26).

  4. Tengamos fe. “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn.16:33). “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma” (Heb.10:39).


PERMANCER

Finalmente, para alcanzar la meta de cumplir del propósito de Dios para nosotros, será necesario aguardar y quedarse… no rendir, no transigir.

  • Se trata de permanecer, y quedarte. “Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas” (Lc.21:19). El “simplemente me quedé, y no me fui”, logra bastante, ¡y cuánto más cuando se hace en el nombre del Señor!

  • Se trata de mantenerte conectado a la Presencia de Dios. “Venga tu reino”, nos enseñó a orar Jesús (Mt.6:30). Así serás portador de gloria, emanando “cielo” a donde quiera que tú vayas. No será ya mensajero de miseria ni de derrota, sino portador de buenas nuevas; no de condenación, sino de reconciliación.

Permanece en el camino que se te ha trazado, sin variar, sin desviarte a la derecha ni a la izquierda; de seguro mirarás a Dios moverse “mostrando su favor a tu favor”.

CONCLUSIÓN

Al cumplir con estos tres pasos, estarás en buena posición y óptima dirección de vida para llegar a lo que te pertenece.

Dios ilumine tu camino. “Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia” (Nm.6:25).


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ARIEL ROMERO LÓPEZ

(C) 2022

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