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CAMINAR SIN EQUIPAJE

Dios ha inquietado mi corazón acerca de una palabra en la que debemos poner atención pronto, y de una vez por todas: “Despojémonos de todo peso” (Heb.12:1).

La Biblia nos anima a todos a “despojarnos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Heb.12:1,2).

La buena voluntad de Dios para nosotros es que caminemos ligeros, ¡tanto casi hasta el punto de poder volar!, y esto durante todo el curso de nuestra vida, hasta llegar a nuestra meta final de ver cara a cara a Dios.

Meditemos, ¿qué tan pesado es nuestro caminar realmente, o qué tan pesado se siente para nosotros en este momento?

Para nadie es un secreto que la vida en sí, las ocupaciones modernas y aún otras personas que conviven con nosotros nos pueden llegar a hacer la vida bastante pesada. ¡Pero la cosa es que no siempre tenemos el control sobre estas circunstancias!

Sin embargo, aparte de estas cargas externas, están las internas, que sí podemos quitar de sobre nosotros y dominar... y en esta lucha es en la que debemos de concentrarnos, porque es sobre la que sí tenemos un gran control. Nuestra victoria sobre este “peso interno” es la que hace toda diferencia sobre el nivel de plenitud que gozamos en esta tierra, disfrutando nuestra jornada hacia la eternidad.

Son nuestras convicciones y nuestra actitud, así como nuestra fortaleza interior en el poder de Dios y nuestra fe "lo que vence el mundo" (I Jn.5:4).

Hay cinco tipos de cargas que podríamos estar cargando, y de los cuales debemos de deshacernos para caminar:

  1. El bagaje teológico. Esos falsos conceptos acerca de Dios, de Cristo, de la Iglesia, de la Biblia, del los hermanos, , etc., aun la definición imprecisa acerca de la fe, de la eternidad, del propósito de la vida.

  2. El bagaje ideológico. Nuestro conceptos terrenales acerca de la vida y de la muerte, del éxito, del amor, las relaciones, el matrimonio, de la felicidad, etc., y todos esos falsos conceptos con los cuales hemos venido a Cristo, y de los cuales tenemos que despojarnos para poder funcionar correctamente como la familia de Dios.

  3. El bagaje carnal. La tendencia pecaminosa que nos asedia, y que a veces no hemos sabido soltar, frecuentemente expresada en vicios, ataduras, costumbres y hábitos malsanos, pero también en nuestro mal carácter y nuestras reacciones egoístas, etc.

  4. El bagaje espiritual. Se trata de las opresiones demoniacas que en algunos casos mantienen dominadas por el poder del enemigo ciertas áreas de nuestra vida en las que simplemente somos vencidos una y otra vez.

  5. El bagaje emocional. Los complejos y traumas del pasado que aun no hemos soltado, y que nos hacen reaccionar como una persona determinada todavía por el espectro de daños y lastimaduras que sufrimos anteriormente.

Todas estas son cosas que se nos hicieron tan familiares en una vida pasada que las consideramos normales, pero acerca de las cuales el Evangelio nos muestra una alternativa nueva, la de la libertad.

A veces pensamos que vamos bien, pero nuestros conceptos e ideas "importados” de la vida pasada sin Dios nos siguen cargando de malas interpretaciones que nos impiden crecer espiritualmente y disfrutar la vida plena que Dios diseñó para nosotros.

Es hora de deshacernos del equipaje.

Pero, ¿cómo? Tomando los cinco poderosos pasos que se nos marcan claramente en la Palabra de Dios:

  1. RECONOCER: “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado” (Sal.32:5).

  2. SOLTAR: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos” (Ef.4:22).

  3. RENDIR: “Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios” (II Cor.4:2).

  4. REVERTIR: “Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra” (Ef.5:25,26).

  5. APRENDER: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mt.11:29).

Ha habido momentos en la vida en los que todos nosotros nos hemos sentido cargados por muchas cosas, de tal forma que nuestro caminar y aun nuestra vida ya no es disfrutable, y los días nos parecen una pesada carga.

A veces todo lo que nos está impidiendo caminar ligeros en la carrera cristiana es ese equipaje que cargamos, pero con el cual no podremos avanzar hacia la plenitud del propósito de Dios. “Estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mt.7:14).

El remedio es cambiar nuestra mente y permitir que Dios, Aquel que ya nos hizo libres, nos enseñe a vivir como tales: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Y renovaos en el espíritu de vuestra mente” (Rom.12:2; Ef.4:23).

¡Camina ligero tu carrera! ¡Suelta el equipaje!


NOTA PARA PASTORES:

A veces nosotros lo líderes del rebaño también llevamos bagajes todavía, aún en medio del propio desarrollo del ministerio y de nuestra predicación. Algunos de ellos que pueden estar haciendo lento nuestro avance ministerial son:

REFERENTE A NUESTRA CASA ESPIRITUAL:

  • Nuestra defensiva a dar cuentas.

  • Nuestra rebeldía a cooperar.

  • Nuestra negativa a funcionar dentro de un sistema.

  • Nuestro adulterio o deslealtad.

REFERENTE A NUESTRO LIDERAZGO:

  • Nuestro control sobre nuestras ovejas.

  • Nuestro forma de ordenar en vez de motivar.

  • Nuestros temores de establecer la verdad.

REFERENTE A NUESTRA PREDICACION:

  • La forma cómo nos trató la vida, especialmente en los momentos más duros.

  • La forma cómo vivimos nuestros matrimonio.

  • La forma como vivimos la sexualidad.

  • Nuestro machismo masculino, o empoderamiento femenil por otro lado.

¡Cuidado con ellos! Demos a la gente “la palabra espiritual no adulterada, para que por ella haya crecimiento para salvación” (I Pe.2:2).


“TODO PESO" A DESPOJAR EN LA VIDA CRISTIANA

¿Cuál es ese peso del cual nos habla Hebreos 12:1,2 que debemos procurar deshacernos?

SEGÚN PASAJES EN LUCAS, ese “pecado que nos asedia”, o “que tan fácilmente nos distrae” puede incluir todos los aspectos que se describen en los siguientes pasajes:


LA SEMILLA QUE CAYO ENTRE ESPINOS (Lc.8:14).

“La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto”


LOS QUE QUERIAN SEGUIR A JESUS (Lc.9:57-62).

“Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Y dijo a otro: Sígueme. El le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios”.


EL RICO INSENSATO (Lc.12:15).

“Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”.


LO QUE CUESTA SEGUIR A JESUS (Lc.14:25-33).

“Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo”


EL JOVEN RICO (Lc.8:18-30).

“Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios. Los mandamientos sabes: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre. El dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico. Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Y los que oyeron esto dijeron: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? El les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios. Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado nuestras posesiones y te hemos seguido. Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna”


LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE (Lc.21:34-36).

“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre”.


JOYCE MEYER, comentando sobre Hebreos 12:1,2 dice que para caminar ligeros en nuestra vida cristiana, debemos deshacernos del peso adicional que nos pueden acarrear los siguientes aspectos:

- Demasiados compromisos.

- Permitir que otros nos controlen.

- No saber decir que no.

- Meternos demasiado en los problemas de los demás.


¿Cuál es la razón por la cual debemos procurar deshacernos de todo peso adicional en nuestra carrera cristiana? Hay mínimo tres:

- PARA ALCANZAR TU DESTINO FINAL.

- PARA DESARROLLAR TU PLENO POTENCIAL.

- PARA MANTENERNOS BIEN ENFOCADOS.



Ariel Romero López

(C) 2021


31 TEXTOS SOBRE “CAMINAR LIGEROS Y SIN EQUIPAJE”:

Heb.12:1,2

Sal.32:5

Ef.4:22

II Cor.4:2

Ef.5:25,26

Mt.11:29

Mt.7:14

Rom.12:1,2

Ef.4:23

I Cr.28:9

II Tim.2:12

Sal.37:27

Jer.35:15

Dn.4:27

I Tim.6:20

II Cr.7:14

Pr.28:13

Ez.18:21

Jn.3:10

Mt.16:24

Mr.10:28

Fil.3:8

Mr.10:45

Jn.10:17

Fil.2:7,8

Fil.4:8,9

Mr.10:42,43

Mt.5:21,22

Mt.5:27,28

Mt.5:38,39

Rom.6:14

RESUMEN CORTO DEL ARTICULO:

La Biblia nos anima a “despojarnos de todo peso”. Hay momentos en la vida en los que nos sentimos tan cargados que nuestro caminar no es disfrutable, y los días nos parecen una pesada carga. A veces todo lo que nos está impidiendo caminar ligeros en la carrera cristiana es ese equipaje de conceptos e ideas “importados” de la vida pasada que cargamos pero con el cual no podremos avanzar en la plenitud del propósito de Dios. El remedio es cambiar nuestra mente y permitir que Aquel que ya nos hizo libres nos enseñe a vivir como tales.


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Iglesia RED - VYA Central:

“HAY QUE CREER. HAY QUE QUERER. HAY QUE CRECER.”

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