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APOSTOLADO: IDENTIFICANDO EL DON

Apostar...

Apostatar...

Apostolar...

No son la misma cosa, y esta última debe cuidarse de las dos primeras, así como denunciarlas, porque a menudo son los enfoques incorrectos que muchos emplean para desarrollar una visión de Dios.

¿Cuál es, básicamente, la forma visible en la que un apóstol realiza su trabajo único para el Reino, dentro de los propósitos eternos de Dios?



Apostar sería dejarlo todo al chance, o bien, augurar las mejores opciones acerca de una decisión "al vapor" y "al juego", en espera incierta de algún posible resultado, si acaso... es apostar por cierto curso de acción, tratando de atinar.

Apostatar significaría apartarse de Dios y de sus métodos para tratar de lograr el éxito ministerial, ¡y hasta dejar de lado la verdad!, con tal de conseguir un crecimiento en la iglesia o en lo que sea... con fines totalmente espurios e ilegítimos.

Sin embargo, apostolar es fundar y fundamentar una obra específica de Dios, encomendada por Dios, así como dirigirla y supervisarla hasta verla completada, habiendo recibido ese llamado del Señor, lo que lo autoriza y legitima. El apóstol es alguien con quien Dios habló y a quien llamó para dirigir, y por tanto sabe qué tarea es la que se le encomendó, cómo debe ser hecha y cómo debe de quedar entregada.


PABLO, UN ARQUITECTO DE DIOS

"Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica" (I Cor.3:10).

El trabajo de un apóstol de Dios es estar al frente de una obra encargada por Dios, pero no una de baja escala, sino una mas global y englobadora, que enciende y gobierna multitud de personas con diversos dones, talentos, capacidades y ministerios. Es liderazgo espiritual puro, es gobierno de origen teocrático.

La labor apostolar se define en la práctica mas o menos en tres pasos generales:

  1. Primero, es un arquitecto que provee, estudia y conoce los planos de esa dicha construccion.

  2. Luego, es quien la supervisa constantemente, vigilando que todo se haga conforme a la pauta, alineando el trabajo de los edificadores.

  3. Al final, él sabe que no es el dueño de la edificación, sino el mero arquitecto, quien a su vez tiene que rendir cuentas y entregar el proyecto terminado al Señor de la casa, el propietario de la finca y la Fuente de todos los recursos con los cuales se esta haciendo la obra.

A un apóstol le queda claro que el Dueño de la obra es quien adquirió y posee el terreno, quien provee todos los gastos de los materiales para la construccion, y quien además paga la nomina de todos los edificadores. Por tanto, como arquitecto espiritual, solo se dedica a dar direcciones e indicaciones, a supervisar, a instruir y vigilar.... porque, a última instancia, él es el responsable de la obra.


MOISES, TIPO DE UN APOSTOL

Al encargar la importante obra de erigir el Tabernáculo de Reunión el Desierto del Sinaí, Dios habló con Moisés, y le dijo: "Alzarás el tabernáculo conforme al modelo que te fue mostrado en el monte" (Ex.26:30).

Para un apóstol lo difícil es lidiar con la gente y con la guerra espiritual, pero no es difícil saber cómo debe ser la iglesia de Cristo. Todo lo que tiene que hacer es estarla comparando con el modelo que le fue mostrado (porque a él le fue mostrado).

Decía el apóstol San Pablo "que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado" (Gal.1:11,12; I Cor.11:23).

Después de haberles encargado la edificación y amueblado del Tabernáculo a todos los profesionales de construcción, confección, costura, orfebrería y arte con los que contaba, "vio Moises toda la obra, y he aquí que la habían hecho como Jehová había mandado; y los bendijo" (Ex.32:43).

¡Ese es un tipo del trabajo de un apóstol!, y su labor encaja con tremenda fuerza en el propósito universal y eterno de Dios. De paso, nos bendice a muchos en el proceso.


EL APOSTOLADO Y LOS ENVIADOS APOSTOLICOS

No es lo mismo operar CON una unción apostólica que BAJO unción apostólica. "Nadie toma para si esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aaron" (Heb.5:4).

El trabajar bajo un apóstol no te hace apóstol. "Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica" (I Cor.3:10).

Si no eres llamado a apóstol nunca vas a tener plenamente el corazón de un apóstol, y nunca vas a entender a plenitud lo que es el apostolado.

Por otra parte, el apostolado es paternidad, y desea que tú participes de esa unción, conforme tú la honras y la obedeces.



(C) 2021

Ariel Romero López

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