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ADORACIÓN EXTRAVAGANTE

Hoy más que nunca es importante saber el verdadero sentido de la adoración a Dios, y esto por dos razones vitales: Porque es trascedente para nuestra vida y porque es nuestra razón primaria de ser.

Por cierto, aunque las ganancias obtenidas por llevar una vida de adorador no deben ser la principal motivación para realizarla, estas son evidentemente abundantes y apetecibles, ¡además de que están disponibles para toda persona!


¿POR QUÉ ADORAMOS?


(a) ADORAMOS PORQUE ES DETERMINANTE

A quién adoramos y cómo le adoramos es decisivo en nuestras vidas; de hecho, esto hace toda la diferencia en la vida de una persona, porque de allí dependen tanto su situación de vida terrenal como su destino eterno.

- Todo esto te daré, si postrado me adorares. -

Le dijo el diablo a Jesús en el desierto, ofreciéndole todos los reinos de la tierra, y la gloria de ellos; a lo que el Maestro respondió:

- Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás -

El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.

(Mt.4:9).

¿Lo notaste? Después de que el Hijo de Dios decidió honrar al Padre, y a nadie más, hubo un gran fruto y un total respaldo divino hacia él. Por otra parte, si él hubiera cambiado el Objeto de su adoración, su destino terrenal y eterno hubieran sido completamente otra historia.


(b) ADORAMOS PORQUE ES NUESTRA ASIGNACIÓN

Adorar es la primera razón para la que fuimos creados. Dios reveló al Profeta Isaías lo siguiente acerca de la intención primaria para crear al hombre: "Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, y para esto los formé y los hice" (Is.43:7). ¿Te fijas? ¡Hemos sido hechos para la gloria de él! Esto quiere decir que cuando adoramos y alabamos a Dios estamos cumpliendo la razón "número uno" por la cual existimos, y también implica que mientras aún no lo estemos haciendo faltamos al cumplimiento de nuestro diseño original y nuestra asignación primordial.


¿CÓMO DEBEMOS ADORAR?

Existen personas que ofrecen una adoración sincera, pero sin embargo dirigida a un dios falso; a la vez, también habemos otros que, conociendo al Dios verdadero, no lo sabemos adorar como debemos.

Entonces, ¿cómo es que debemos adorar correctamente al Dios Verdadero? ¿Cuál es la postura de corazón que debemos adoptar para ofrecerle a nuestro Señor el reconocimiento que se merece? Veamos tres consideraciones prácticas:


1) SE ADORA CON SINCERIDAD

Sinceridad es el elemento clave para ser adoradores genuinos, la seguridad de ser espontáneos, frescos y legítimos, no falsos, rutinarios ni costumbristas, sino llenos de amor real y libres de ritos desgastados. Así lo exigió Jesús explicando a la Mujer Samaritana, al decirle que "la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca adoradores así que le adoren. Dios es Espíritu; y es necesario que los que le adoran adoren en espíritu y en verdad" (Jn.4:23).

Lo contrario a esta deseada sencillez y blancura de espíritu sería caer en los que cayó el pueblo de Israel en el tiempo del profeta Isaías, por medio de quien Dios se quejó a causa de ellos, diciendo:“Este pueblo se acerca a mí con su boca, y me honra con sus labios, y sin embargo su corazón está lejos de mí, y su reverencia hacia mí no es más que un mandamiento de hombres que les fue enseñado” (Is.29:13). ¡Ya no me traigan más ofrendas vacías! Su incienso me es aborrecible; la celebración de la Luna Nueva y el Día de Reposo, y el convocar asambleas, no los puedo sufrir más; sus fiestas son iniquidad. Mi alma tiene aborrecidas sus celebraciones de Luna Nueva y sus fiestas solemnes. Ya son una carga para mí, y estoy cansado de soportarlas” (Is.1:13,14).

Sinceridad es, por otra parte, la franqueza, claridad y naturalidad con las que hacemos las cosas y expresamos nuestros pensamientos y sentimientos; esta es la actitud que agrada al Padre Celestial y enamora su corazón.


2) SE ADORA CON LA VIDA

La adoración ideal permea todas las áreas de nuestro ser. Adoramos o no adoramos a Dios con la forma como somos o no somos, como vivimos y convivimos, ¡y esto va mas allá de la música que cantamos! Adorar, en realidad, involucra honrar a Dios con todos nuestros actos y en todos los aspectos.

Así lo explica San Pablo, cuando enseña: “Así que, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios, que presenten sus cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, cosa que es su culto racional - es decir "obvio, lógico y esperado” (Rom.12:1). “Y todo lo que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él; y háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” (Col.3:17,23).

A manera de comparación, si yo, por ejemplo, amo de verdad a mi esposa, entonces la honraré con todos mis hechos y en todas las circunstancias, no solo con mis palabras, ¡y esto lo haré 24 horas al día, esté o no ella presente! Le seré fiel no solo con los deseos de mis miembros corporales, sino hasta con los sentimientos que surjan de mi corazón y con los pensamientos que pasen por mi mente. Por esto dice que “cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mt.5:28), y “honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin contaminación; porque a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Heb.13:4).

Así, pues, si amo a mi esposa, haré lo que sea agradable a ella en todo tiempo, porque eso es lealtad, honor, aprecio, dignificación y distinción.

¡Y cuánto más debe ser esta la actitud y la postura espiritual de todos nosotros hacia nuestro amoroso y tierno Padre!


3) SE ADORA CON EXUBERANCIA

En muchos sentidos, la adoración verdadera es loca, atrevida y expresiva, ¡aún aparentemente ilógica! Los adoradores impulsivos a menudo son personas que rompen los moldes de "lo explicable" o "lo aceptable" con tal de rendir todo su ser a Dios, a veces de formas "no ortodoxas", podríamos decir. ¡La única explicación posible a esto es solo el amor!

Así rendía pleitesía a Dios el Rey David, "cuando los que llevaban el Arca de Dios (desde la casa de un tal Obed-Edom hacia la Ciudad de Jerusalén) habían andado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado. Y David danzaba con toda su fuerza delante del Señor; y estaba David vestido con un efod de lino. Así David y toda la casa de Israel conducían el Arca del Señor con júbilo y sonido de trompeta" (II Sam.6:13-15).

De tanto que están agradecidos, los adoradores entregados oran atrevidamente, y a veces cantan y brincan "desenfrenadamente"; dan ofrendas sorprendentes, y emprenden increíbles proyectos de fe; sacrifican cosas por amor a la obra de Dios, y sirven a su Reino sin freno aparente. Ellos perdonan ofensas y soportan aflicciones con tal de seguir sirviendo a Cristo y extendiendo su Palabra.

¡Es que ellos ofrecen una adoración exuberante, una adoración extravagante! ¡Son realmente inconcebibles, y su vida emana paz y gozo.

Adoremos a Dios de una forma especial, y sirvamos a nuestro Rey en una manera excepcional. A veces hay que ser un tanto "irreverentes" a los dogmas de la gente para llegar a ser realmente "reverentes" ante Dios.

Con esta clase de amor apasionado"sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba" (Gen.29:20).

Dijo el salmista: "¿Qué pagaré al Señor por todos sus beneficios para conmigo? Tomaré la copa de la salvación, e invocaré el nombre del Señor" (Sal.116:13).



¿CUÁL ES EL FRUTO DE LA BUENA ADORACIÓN?


(a) COSECHA PARA LOS QUE SIEMBRAN

Muchas veces, a muchos de nosotros no nos gusta lo que vemos en nuestra vida, ni lo que estamos cosechando. Pero si queremos un mejor futuro (personal, familiar o profesional), una vida marcada por la gracia, por el favor y por la tranquilidad, entonces debemos hacer los preparativos necesarios para dirigirnos hacia esa dirección, o sea, sembrar las semillas correctas: “El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala” (I Pe.3:10,11).

Así mismo, si queremos un estilo de vida con el sello visible de la aprobación celestial o anhelamos un ministerio con un gran respaldo sobrenatural, ¿cuál sería la forma de logarlo? ¡En realidad es asunto de honra! Dios dijo: “Yo honraré a los que me honran” (I Sam.2:30). "Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados” (Is.57:15). "Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes" (St.4:6).


(b) HONRA PARA LOS QUE HONRAN

En un tiempo como el nuestro en el que se busca mucho la “publicidad”, es momento de retornar a la “intimidad”. Escojamos qué queremos. ¿Publicidad o intimidad? ¡Allí se decide todo! Lo que mostramos ante los demás es siempre el resultado de lo que hay en lo secreto de nosotros con Dios.

¡La Biblia nos insta a desarrollar la amistad, el cariño y el trato profundo con nuestro Padre! Esto sucede en la humillación voluntaria de la oración y en la adoración, tal como lo confirmó Jesús, diciendo: “Cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mt.6:6).


PODER PARA LA IGLESIA

Hoy por hoy, estamos ante la necesidad de entender la significación de la verdadera adoración al verdadero Dios. Este hecho puede encausar a toda la Iglesia de Dios a una espléndida dimensión de manifestación de la gloria divina, para disfrute de ella y para tocar multitudes con el conocimiento de Su amor y verdad.

Digamos todos hoy, de todo corazón y con firmes resoluciones desde el alma: "Bendice, alma mía, al Señor; y bendiga todo mi ser su santo nombre" (Sal.103:1).


Sinceramente,

ARIEL ROMERO LOPEZ

Pastor General – Ministerio Vino y Aceite Internacional

(c) 2022


30 TEXTOS BÍBLICOS ACERCA DE "ADORACIÓN EXTRAVAGANTE"

(Uno diario, durante un mes)

Mt.4:9-11

Is.43:7

Jn.4:23

Is.29:13

Is.1:13,14

Rom.12:1

Col.3:17

Col.3:23

Mt.5:28

Heb.13:4

II Sam.6:13-15

Sal.116:13

Gen.29:20

I Pe.3:10,11

I Sam.2:30

Is.57:15)

St.4:6

Mt.6:6

Sal.103:1

Sal.95:6

Heb.12:28

Ap.20:4

Fil.3:3

Ex.20:3-6

Ex.7:16

St.1:27

II Cor.1:3,4

I Sam.2:2

Col.3:14-16

Rom.14:11

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